La Princesa Leonor vive un día trascendental como Princesa y futura heredera al trono de España, recibiendo un destacado homenaje de las principales instituciones aragonesas en Zaragoza. Este evento marca su primer acto civil en la ciudad tras completar su formación en la Academia General Militar. A lo largo de tres ceremonias consecutivas, Leonor será honrada con la Medalla de las Cortes, el título de Hija Adoptiva y la Medalla de Aragón, las más altas distinciones de la comunidad.

Leonor sigue los pasos de su padre, el Rey Felipe VI, quien también se formó en la Academia General Militar de Zaragoza y recibió estas mismas distinciones en 1986 como Príncipe de Asturias y caballero cadete.

La Princesa comenzó su formación castrense en la Academia Militar de Zaragoza en agosto, cursando un programa especial en infantería. A continuación, continuará en la Escuela Naval de Marín en Pontevedra y se embarcará como guardiamarina en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Su adiestramiento finalizará en la Academia General del Aire y el Espacio en San Javier, Murcia, donde aprenderá a pilotar aviones de combate, siguiendo el ejemplo de su padre.

DISCURSO HISTÓRICO DE LA PRINCESA LEONOR, MEDALLA DE ARAGÓN 2024

TEXTO ÍNTEGRO: Presidente de Aragón, ministra de Defensa, presidenta de las Cortes, alcaldesa de Zaragoza, autoridades, señoras, señores. Saludo en especial a todos los aragoneses que me estáis arropando en esta mañana tan emocionante. Les confieso que cuando llegué a Zaragoza el pasado 17 de agosto venía con muchas expectativas, en parte por todo lo que me había contado mi padre, aunque también sabía que algunas etapas no serían fáciles. Aterricé en la Academia General Militar con ilusión y muchas ganas de aprender y conocer tanto a mis compañeras y compañeros de promoción, como de las otras promociones con las que he compartido este año.

Les puedo decir que lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace diez meses. En Zaragoza, en Aragón, me he sentido en casa, sogida y acompanada en una tierra que siempre
formará parte de mi vida. Quedan sólo cinco semanas para que me vaya, para que reciba mi despacho de alférez, y ya empiezo a echaros de menos.

No sólo me he formado como cadete, sino que descubrir la exigencia académica e intelectual, física y técnica que eso significa, me hace apreciar aún más al Ejército de Tierra y a nuestras Fuerzas Armadas. Aquí he conocido a jóvenes de mi generación y he convivido con ellos. Les aseguro que lo que vivimos mientras nos formamos en la Academia nos une para siempre y nos hace madurar y crecer gracias al compañerismo, a la guía de mandos y profesores y a todas las personas de la Academia que nos impulsan para seguir avanzando y mejorando. Aquí hemos jurado bandera, aquí hemos superado momentos que requerían esfuerzo y un gran trabajo de equipo, aquí hemos disfrutado y sufrido juntos y, sobre todo, aquí hemos aprendido mucho.

En estos meses he sentido el respeto y la amabilidad de los aragoneses que, además, me están acompañando en esta mañana tan importante para mí. Su apoyo ha sido y está siendo continuo, tanto en la Aljafería, como en la plaza del Pilar y en la Seo del Salvador, lugares históricos donde la tradición y el simbolismo se proyectan con fuerza en el alma de los aragoneses y también de la Corona. Estoy muy agradecida —de verdad— por lo que he vivido aquí durante este tiempo, por todo lo que me ha dado esta ciudad.

Hoy es un día especial porque el cariño de muchísimas personas de esta tierra queda reflejado en los reconocimientos con los que me distinguis: el título de hija adoptiva de Zaragoza, la Medalla de las Cortes y la Medalla de Aragón. Mi padre lo vivió de un modo parecido hace casi 40 años y en estos dias hemos hablado mucho de ello. Seguir sus pasos significa mucho para mi.
Gracias Zaragoza. Gracias Aragón. Gracias a todos los que habéis hecho posible que en este tiempo me sienta una aragonesa más. ¡Gracias!