La Semana Santa de Zaragoza es rica y variada. Pero si por algo destaca, es por el uso de bombos, tambores y timbales en los desfiles procesionales de casi todas las cofradías zaragozanas. Y decimos de casi todas, porque hay alguna excepción como la Cofradía del Santísimo Ecce Homo y de Nuestras Señoras de las Angustias.

Esta cofradía procesiona al anochecer del Miércoles Santo desde la iglesia de Nuestra Señora de Altabás, en la Margen Izquierda del Ebro. En medio de un silencio sepulcral, solo roto por el ronco sonido de las matracas, sale por la puerta de este templo zaragozano situado cerca del Ebro la talla del Santísimo Ecce Homo, la más antigua de cuantas procesionan por las calles de la capital aragonesa.

En su lento discurrir, la cofradía recorre las calles del casco histórico del Arrabal, ofreciendo escenas únicas cuando atraviesa el puente de Piedra, con el Pilar como fondo, camino de la iglesia de San Felipe, el templo en el que se guarda la imagen del Ecce Homo para que pueda ser venerado durante todo el año.

LA COFRADÍA MÁS ARAGONESA

Desde que apareció como cofradía penitencial en 1948, la Cofradía del Santísimo Ecce-Homo y Ntra Sra. de las Angustias incorpora dos características tradicionales de la Semana Santa aragonesa que la hacen casi única. Por un lado, el hábito de los terceroles, el traje típico de la Semana Santa aragonesa que también está presente en otras cofradías de la ciudad que no han adoptado el capirote. Y por otro, el uso de la matraca o doblera como instrumento musical litúrgico.

Una de las matracas grandes / Cofradía del Ecce Homo

La matraca es un instrumento singular que sorprende a cuantos lo descubren por primera vez. Está formado por un tablero de madera de haya con un mango para sujetarlo y unos mazos que, al sacudirlos rítmicamente, producen un sonido muy característico, grave y acompasado de percusión en la madera.

En el Ecce Homo sacan a la calle dos tipos de matraca, las de mano, que son portadas por cada cofrade, y las matracas grandes de campanario, movidas por una manivela y que producen un sonido hondo y ronco. Entre ambos tipos de matracas, durante los desfiles procesionales se genera un diálogo que va marcando el paso de los cófrades por las calles de la ciudad. Además, desde la Semana Santa del año 2017, varios hermanos tocan las timbaletas, aunque siempre teniendo a las matracas como el instrumento característico de la cofradía.

Las matracas de mano rompen el silencio de la noche / Cofradía del Ecce Homo

Antiguamente, las matracas de mano se hacían sonar en los pueblos tanto en el interior de las iglesias durante la celebración de los Oficios de Jueves y Viernes Santo, como en las calles, donde eran tocadas por niños anunciando la Pasión y Muerte de Cristo. En cambio, las matracas de campanario tenían la misión de sustituir el sonido de las campanas durante las celebraciones de la Semana Santa.

EL ECCE HOMO, LA TALLA MÁS ANTIGUA DE CUANTAS PROCESIONAN

El Santísimo Ecce Homo, la imagen titular de la Cofradía, es una preciosa talla anónima de finales del siglo XV. La talla fue encontrada en 1681 oculta en la iglesia de San Felipe mientras se realizaban unos trabajos de derribo. La talla estaba situada en el tercer cuerpo del retablo del Alta Mayor del templo. En la actualidad, puede contemplarse durante todo el año expuesto en un pequeño templete de estilo neoclásico construido en 1827 por el escultor Tomás Llovet.

En sus primeros desfiles procesionales, la imagen salía a la calle procesionando a hombros, aunque en 1977 al paso se le instalaron ruedas. Desde el año 2008, el Ecce Homo procesiona de nuevo portado a hombros por hermanos de la cofradía.

Además de su procesión titular de la noche del Miércoles Santo, también es posible ver a esta cofradía en la calle el Domingo de Ramos para trasladar procesionalmente al Ecce Homo desde la iglesia de San Felipe a la iglesia de Nuestra Señora de Altabás, y en la procesión del Santo Entierro, en la que participan todas las hermandades y cofradías de la Semana Santa de Zaragoza.