Oliete, uno de los nueve pueblos de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos en Teruel, se destaca no solo por su belleza natural sino también por su riqueza arqueológica y cultural. Situado en el Parque Cultural del río Martín, este municipio aragonés es testigo de una ocupación humana ininterrumpida desde tiempos prehistóricos, dejando un legado tanto material como espiritual.

Entre los tesoros de Oliete, se encuentra el poblado de «El Palomar», que alberga un importante Centro de Interpretación de la Cultura Ibérica. La sima de San Pedro, la más grande de España, y los grabados rupestres del Neolítico también son ejemplos destacados de la herencia histórica de la región.

Pero es la «Puerta del Sol», un bien inmaterial situado cerca de esta localidad de apenas 500 habitantes, lo que realmente cautiva. Esta estructura revela el conocimiento avanzado de los chamanes prehistóricos y de los druidas celtas sobre las fases solares y los equinoccios.

Las pinturas rupestres de Oliete, estudiadas por Antonio Beltrán y José Royo, consisten en trazos gruesos y figuras esquemáticas que datan entre el Eneolítico y el Bronce medio. Estas pinturas incluyen representaciones esteliformes y figuras humanas, demostrando la complejidad y riqueza de las expresiones artísticas de las culturas antiguas.

Un elemento intrigante es una roca con dos aberturas rectangulares, conocida como «la puerta del sol», cuya presencia es esquemáticamente representada en las pinturas rupestres. Este elemento podría ser un indicador de prácticas rituales o simbólicas de las civilizaciones antiguas.

Oliete no solo es un reflejo de la historia y cultura de Aragón, sino que también es un símbolo de la continuidad y evolución de la humanidad a lo largo de los milenios. La riqueza arqueológica y espiritual de Oliete lo convierte en un destino imprescindible para los amantes de la historia y la arqueología, ofreciendo una ventana única al pasado.

La «Puerta del Sol» y los otros hallazgos en Oliete son ejemplos vivos de cómo el legado de las culturas antiguas sigue influyendo en nuestro presente.