La Diputación de Huesca (DPH) anda estos días con la polémica sobre el reparto de ayudas a los municipios, a raíz de la revisión implantada por el nuevo presidente Isaac Claver (PP). Con la clara intención de cambiar las inercias que existían en la Diputación, tras más de veinte años gobernando el PSOE, los populares quieren levantar alfombras y cambiar métodos adquiridos.

Por parte de Isaac Claver y su equipo de gobierno de la DPH, se quiere cambiar radicalmente la forma de otorgar las subvenciones nominativas que estaban basadas en criterios subjetivos y otorgadas a ayuntamientos gobernados por cargos socialistas.

La razón principal del gobierno del PP en la DPH, en palabras de su vicepresidenta segunda Celsa Rufas, es que «hay indicios claros de una distribución a medida para favorecer a los ayuntamientos del PSOE».

A pesar de esta situación, el PP en la diputación provincial mantiene las ayudas a municipios a pesar del color del partido. El ejemplo más claro es Sabiñanigo, donde es el municipio que más fondos recibirá del denominado Plan Impulso.

Esta situación no ha hecho que el PSOE se replantee su posición y decidió rechazar un paquete de subvenciones de 500.000 euros debido a que sólo uno de los 12 ayuntamientos eran de su color. Los otros municipios que tendrán ayudas del Plan Impulso son los más habitados, los cuales muchos están gestionados por el PP, como Barbastro o Monzón.

El llamado Plan Impulso reconoce unas ayudas de 7 millones de inversión para este año 2023, en este último cuatrimestre. De cara al año 2024, el plan contempla 23,3 millones de euros.

El equipo de gobierno del PP también denunció un «ataque personal» al mencionar la gestión de los fondos en Monzón. Consideran inapropiado criticar al presidente, Isaac Claver, especialmente mientras se encuentra en una situación médica. La tensión entre ambos partidos sigue siendo palpable en la política de Huesca y no tiene visos de cambiar en toda la legislatura.