La Guardia Civil y Policía Local de Zaragoza acaban de dar el último golpe. Un operativo que ha movilizado a más de 70 agentes y que el pasado 1 de octubre culminó con un macro dispositivo en el polígono de La Cartuja. En los tres últimos meses en esa zona industrial se han interpuesto más de 170 denuncias a la ley de seguridad vial y detectado además un taller ilegal de vehículos. 


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Hace pocas semanas tenía lugar la última concentración de más de cien vehículos con competiciones, trompos, incluso apuestas según el tipo de carrera, consideradas todas ilegales por suponer un grave riesgo para la seguridad vial, además de la conducción temeraria. 

Según una nota emitida por la oficina de comunicación de la Comandancia de la Guardia Civil en Zaragoza, los agentes han efectuado 61 denuncias e inmovilizado un vehículo. Dependiendo del tipo de infracción, las sanciones podrían llegar a alcanzar los 1.500 euros y seis puntos del carné de conducir.

«Se celebran cada fin de semana. Quedan frente a la cooperativa de taxis de Zaragoza y desde allí se desplazan a Empresarium, en La Cartuja Baja«, explican fuentes conocedoras de estos hechos. Estas reuniones masivas de personas se realizan a partir de las 2 de la madrugada, y suelen ir acompañadas de alcohol y drogas. «La gran mayoría no participa; tan solo acude a ver cómo quien va a ver un espectáculo, con su mesa y sus sillas», asegura esta fuente consultada por HOY ARAGÓN. 

Hay vehículos que solo se exhiben por sus cilindradas o por llevar un equipo de música muy potente. «No dañan los coches que les han costado mucho dinero. Hay otros que preparan en talleres clandestinos para carreras, quitando los asientos traseros y haciendo un interior de coche de carreras», añade la fuente conocedora de los hechos.

LA IMPUNIDAD DE LAS CARRERAS ILEGALES

Muchos de los participantes de estas carreras ilegales consideran, y así lo explican a los agentes cuando son multados, que dentro del polígono no afectan al tráfico y que no existe peligro, obviando así el que generan para ellos mismos y los otros participantes. 

Sin embargo, existe un desprecio para la vida propia y para la de los demás, además de cometer infracciones de tráfico respecto a los límites de velocidad y métodos de conducción. «Son conscientes de la ley y las infracciones que acarrean y las pagan; aquí acaba todo y vuelven a convocar la siguiente carrera ilegal. Lo difícil a veces es dar con los que la han organizado, generalmente por redes sociales», explica la fuente consultada.


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En esta última operación no se han producido detenciones, aunque si infracciones. El pasado mes de julio dos personas eran detenidas por participar en otra carrera ilegal en el mismo polígono. Entre ese mes y el de octubre se han seguido produciendo encuentros aunque no de estas proporciones. La acción policial ha terminado, por lo menos temporalmente, con una actividad ilegal que se ha convertido en un hábito para muchos de los que participan de ella.