La consejera de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca, militante del Partido Popular y de la máxima confianza del alcalde Jorge Azcón, tiene claro que no debe perder su visión de profesional que tenía antes de entrar en política. Su perfil de gestión destaca por encima de todo tras estos tres años en la gestión pública, en un área que siempre ha traído más quebraderos de cabeza que alegrías. La gestión del transporte público, de las contratas de limpieza o de los parques y jardines han sido una piedra en el zapato de cada uno de los consejeros municipales.


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En este caso, es casi una excepción. La consejera encara el último año de la legislatura con la gran parte de las contratas municipales renovadas y con un plan para llevar a Zaragoza a la innovación con iniciativas que parecen de ciencia ficción. Así sucede con el plan de movilidad área donde ya hay pruebas de drones para llevar paquetería o la puesta en marcha del primer autobús autónomo en la ciudad. Entre sus compromisos, la bandera de la sostenibilidad y el medio ambiente es la seña de identidad de Natalia Chueca durante estos tres años.

El bosque de los zaragozanos ha supuesto un revulsivo en conciencia medio ambiental con la plantación en diez años de 700.000 árboles. Y entre otros retos, el objetivo de dotar a la flota del autobús público de más vehículos eléctricos y no disponer más de ninguno de combustión. Por el momento, la única espina clavada de esta consejera es la huelga del autobús que sigue enquistada desde hace más de un año y que ya está cerca de su final por un acuerdo entre Avanza y el Comité de Empresa. O eso parece.

La Consejera de Servicios Publicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca , durante la entrevista con HOY ARAGÓN / Miguel G. Gracia / AZ

PREGUNTA. La huelga del autobús está cerca del final. ¿Por qué han tenido que pasar más de 500 días de paros? 

RESPUESTA. Creo que por fin se está trabajando con ahínco por ambas partes para llegar a un punto de encuentro. Que ojalá se hubiera producido este ritmo de reuniones e interés hace muchos meses pero los procesos llevan su tiempo de maduración. Han pasado muchas cosas por en medio, en este año y pico. Lo único que puedo hacer es animar a ambas partes a que cierren definitivamente y firmen un convenio lo antes posible. No puedo hacer más, ni antes ni ahora. Aunque se me reclame que intervenga, no es el papel del Ayuntamiento de Zaragoza del PP y Ciudadanos. Históricamente se han solucionado huelgas con la intervención del Ayuntamiento pero en estos momentos ni sería legal ni pienso cometer una ilegalidad.

P. ¿Es inevitable que Zaragoza siempre esté sujeta a esta inestabilidad en el transporte público? Cada pocos meses se anuncia una nueva huelga del autobús.

R. Hay una costumbre o una forma de pensar en los sindicatos del autobús público, que no en los 1.200 trabajadores de la plantilla, que piensan que conseguir mejores condiciones para la plantilla es provocar un secuestro a la ciudadanía con la huelga. En cualquier otra empresa se negocian los convenios colectivos cada tres o cuatros años sin afectar a nadie externo, y sólo en situaciones extremas se llega a la huelga como en un ERE o en un cierre. En el transporte público es una costumbre que tienen porque en otras ocasiones les ha dado resultado.

P. ¿Hay intereses políticos en todas las huelgas del autobús más que intereses laborales? 

R. Depende de quién es el grupo político, claro. Cuando gobernaba Zaragoza en Común, sí. El interés que tenían era desprestigiar a todas las empresas de las contratas y municipalizar los servicios públicos, una promesa que nunca cumplieron. Cuando ZEC llegó a gobernar vieron que era imposible y generaron una decepción en los trabajadores que se habían creído esa promesa.

«Históricamente se han solucionado huelgas con la intervención del Ayuntamiento pero en estos momentos ni sería legal ni pienso cometer una ilegalidad»

P. Según el barómetro municipal, el transporte público sigue siendo la principal preocupación de la ciudad. ¿Es otro mal endémico? ¿O la gestión municipal no da respuesta a lo que necesitan los usuarios?

R. Hay que dejar claro que es el segundo contrato más importante de un servicio público y que afecta al mayor número de ciudadanos. Y tengo que decir que el transporte público históricamente en Zaragoza se ha tratado muy mal. De ahí que los problemas de ahora vienen del pasado, de un modelo que eligió el PSOE, que gobernó durante muchos años la ciudad, donde el 20% de los usuarios del transporte público salían reforzados con un servicio premium como es el tranvía. En cambio, el otro 80% tuvo que sacrificarse para que los números salieran. No se equilibraron las prestaciones para el 100% de los usuarios del transporte público. En el pliego de 2013, que está aún en vigor hasta el 2023, el PSOE decidió que la vida útil de los autobuses fuera de los 14 a los 16 años, empeorando la calidad del servicio. Para que luego veamos cómo los autobuses no aguantan o que se queman. Los niveles de mantenimiento podrían ser más exigente pero el PSOE decidió esto.

P. Está prevista la llegada de 68 nuevos autobuses eléctricos en noviembre para que circulen por la ciudad. ¿Qué porcentaje de flota eléctrica tendrá Zaragoza antes de terminar la legislatura?

R. La decisión más importante de este gobierno no es sólo comprar estos 68 autobuses eléctricos sino que no se vuelva a comprar más autobuses que no sean eléctricos. Es un compromiso claro. Estamos viendo ahora si podemos beneficiarnos de las subvenciones del Gobierno de España, a través del MITMA, y así podemos acelerar la transformación de las flotas de autobuses eléctricos. Vamos a intentar que el 30% de la flota sea eléctrica en un año y estamos convencidos que antes de 2029 tendremos hasta el 50% de la flota con autobuses eléctricos.

P. Más allá de la transformación de los autobuses y su menor impacto ambiental, aún hay quejas en el servicio sobre el número de líneas, sus recorridos y frecuencias.

R. Es otra de las asignaturas pendientes desde que en 2009 se cambiaron las líneas de transporte para incluir el tranvía, y así se quedaron barrios desconectados. En ese momento no se acometió una reordenación global de las líneas y desde 2009 llevamos arrastrando este problema. Cuando entramos en el gobierno de Zaragoza intentamos cambiar este problema pero con la llegada de la pandemia tuvimos que aparcarlo. El estudio que encargamos para ordenar las líneas esperamos que esté en el próximo contrato, en 2023 y 2024. Se pondrá en marcha en la próxima legislatura. En este cambio de líneas y recorridos habrá que tener en cuenta los nuevos barrios o los nuevos hábitos de vida que habrá en los próximos años.

«La decisión más importante de este gobierno no es sólo comprar estos 68 autobuses eléctricos sino que no se vuelva a comprar más autobuses que no sean eléctricos»


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Natalia Chueca, una profesional del sector privado reconvertida en política / Miguel G. Gracia / AZ

P. ¿La ciudad de Zaragoza nunca verá una línea 2 del tranvía con un gobierno del PP?

Sobre las línea 1 del tranvía no puedo estar más que encantada del servicio que se presta. Es muy bueno pero tiene un problema importante: el coste de la prestación del servicio. Es insostenible económicamente y se está pagando con mucho esfuerzo por parte del Ayuntamiento, y por tanto de las arcas públicas. Es como tener un Ferrari para prestar el servicio sólo al 20% de la ciudad que lo usan habitualmente. Es, precisamente, la alta demanda de la línea 1 es algo que la línea 2 nunca tendría y, por lo tanto, económicamente es aún más inviable, y sobre todo con la deuda que tiene el Ayuntamiento. Es inviable que podamos abordar una segunda línea del tranvía.

Pero, por otro lado, también hay que tener en cuenta las afecciones que puede suponer la línea 2 en el resto de la movilidad, ya que el tranvía siempre tiene una prioridad semafórica. Esto supone reducir la circulación de otros vehículos  y tenemos que tener en cuenta que en la ciudad de Zaragoza tampoco hay unas calles o unas calzadas tan amplias. Se pueden buscar soluciones poco contaminantes en el transporte público con un coste económico menor al que tiene el tranvía y que, incluso, son más flexibles si cambian las tendencias de uso o hay nuevas demandas. Son opciones que no dejan una cicatriz urbana como la línea 1 del tranvía.

P. ¿Por ejemplo?

R. Se puede solucionar a través de autobuses eléctricos que sean mucho más flexibles en la líneas o que tengan varios metros de largo, y por tanto más capacidad. Podemos tener autobuses de hasta 24 metros en caso de que aumente la población o la línea de autobús cubra una mayor demanda de la ciudad. También hemos incrementado la red de carriles bus y eso ha hecho más eficiente el uso del transporte público. En la movilidad de la ciudad hay que primar las necesidades técnicas más que poner por delante la ideología o intereses políticos que a veces no responde a las necesidades reales de los ciudadanos.

P. Sobre el nuevo contrato de la limpieza pública y recogida de residuos que se prevé iniciar en 2023, y que gestionará FCC, ¿qué cambios están previstos?

R. Hay algo muy importante, y es que la ciudad de 2008 era una y la Zaragoza de 2022 es otra. En 2008 se sufrió una transformación muy importante con la apertura de las riberas o con la zona Expo y no se dotó suficientemente el contrato de limpieza pública. Ya no era sólo eso, sino que en 2012, gobernando el PSOE de Belloch, se recortaron cuatro millones de euros en el servicio, sobre todo en la limpieza de los barrios y el desbroce en la Ribera del Ebro. También se recortó los servicios de fin de semana y los servicios de verano.

Por eso este nuevo contrato incluye todas las necesidades de limpieza que se recortaron en 2012 y se tiene un nuevo inventario completo de lo que es la ciudad en estos momentos, en pleno 2022, con sus nuevos barrios y sus nuevos habitantes. No solamente recuperando los servicios sino intensificándolos, porque se ha hecho un estudio de los hábitos de los ciudadanos. Por ejemplo, en qué zona se mancha más, en qué horario se ensucia más, a qué hora se dejan las bolsas fuera de los contenedores…

Hay una mejora de recursos técnicos para los trabajadores como los carritos eléctricos o equipos mixtos donde se limpia de manera manual y fregar con agua y jabón posteriormente. Esto no estaba contemplado antes y esto hará que sea mucho más eficiente la limpieza de la ciudad. Y además se introduce la tecnología para que cuando haya una deficiencia o haya una zona sucia, sea el ciudadano quien avise al operario para que rápidamente se haga un repaso.

«En 2012, gobernando el PSOE de Belloch, se recortaron cuatro millones de euros en el servicio, sobre todo en la limpieza de los barrios y el desbroce en la Ribera del Ebro»

P. Una de los objetivos de su consejería es lograr que Zaragoza sea una ciudad más embellecida con más zonas florales o áreas más ajardinadas. 

R. En los nuevos pliegos marcan 21 programas diferentes de trabajo, en función de si es una zona de ajardinamiento o si se trata de un bulevar. Son programas de trabajo que van a hacer que podamos sacar el máximo rendimiento y el máximo esplendor de cada rincón verde de nuestra ciudad. Pero sí, para mí hay un objetivo claro y es seguir embelleciendo la ciudad. Por ejemplo, poniendo flores en todos los parterres de la ciudad, incluidos los barrios rurales. Nunca habían tenido flores como adorno. Por otro lado, se está trabajando en los bulevares de paseos como en el Paseo Sagasta, uno de los que mayor necesidad tenía por la dejadez histórica.

En este paseo se ha analizado qué especies de árboles y plantas se tienen que plantar para mejorar la salud de los ciudadanos y para reducir la contaminación acústica, porque son árboles que capturan más CO2. Este tipo de trabajo más medido y más cuidado hay que ir llevándolo a todos los parques de la ciudad. Sin olvidar el proyecto del bosque de los zaragozanos, un conjunto de pequeños bosque urbanos por la ciudad para que sean refugios naturales con mucha biodiversidad y así poder encontrar la naturaleza de la forma más cercana y fácil en nuestro día día.

P. ¿Piensa hacer un impulso por la pacificación del centro de Zaragoza y por la limitación del uso del vehículo privado? ¿En qué zonas o lugares?

R. La idea es que haya una jerarquía de la malla básica en cuanto a que no todas las vías de la ciudad tienen que tener la misma intensidad del tráfico. Que haya unas vías donde haya una circulación más rápida y reducir los tiempos de desplazamiento; y por otro lado calmar, que no pacificar, en aquellos espacios donde darle más espacio al peatón. Todo lo que son vías secundarias de un carril de circulación ya tenemos un calmado a 30 kilómetros por hora. Poco a poco, en el casco urbano de la ciudad, circularán menos vehículos, salvo los residentes o los que necesitan acceder para trabajar. Para quitar carriles de circulación tiene que haber otras alternativas, como ha sido la apertura de Tenor Fleta que permite llevar circulación hacia al exterior. En ese sentido, la plaza Aragón, Paseo María Agustín y Paseo Pamplona, por tener un tráfico más intenso, tendrían que estar incluidas en un proceso de calmado pero hay que buscar antes otras alternativas, de momento no es viable.


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La entrevista se realizó en el Salón Comedor del Ayuntamiento de Zaragoza / Miguel G. Gracia / AZ

P. Su consejería está llena de políticas estratégicas con la vista puesta en el largo plazo: el bosque de los zaragozanos, la movilidad aérea por drones, el primer autobús autónomo… ¿Está Zaragoza llamando la puerta a la ciudad del futuro?

Sí, es la idea que tenemos en el gobierno. Que Zaragoza tienda la mano y se preste para ser una ciudad de innovación y de estudio de las ciudades del futuro. Lo que estamos haciendo aquí es que Zaragoza siga siendo una ciudad de pruebas, como lo ha sido históricamente. Una ciudad de pruebas para todos los estudios de mercado de las empresas de consumo. Siempre se ha dicho, lo que en Zaragoza funciona, lo hará en el resto de España o en otros puntos de Europa. Al final, es atraer inversiones y talento en varios sectores que son el futuro. Me parecía que era una oportunidad hacer de Zaragoza una ciudad aún más abierta y de innovación.

Nada más llegar al gobierno en 2019, logramos el Flying Forward de movilidad aérea donde Zaragoza está trabajando con ocho ciudades europeas para definir cómo van a ser las ciudades del futuro. O la llegada del autobús autónomo, donde se investigan tecnologías punteras y la conectividad más avanzada para el futuro de la movilidad. Cuando viajas por Europa, como hace poco en Finlandia en unos premios internacionales donde Zaragoza estaba nominada, o cuando visitas otras ciudades, siempre te dicen cómo Zaragoza está otra vez siendo una ciudad innovadora y que se menciona en todos los foros sobre las ciudades del futuro.