Miguel Martínez Tomey, un veterano de la política aragonesa con Chunta Aragonesista (CHA), destaca por su inquebrantable defensa de los intereses de Aragón. Con una trayectoria que lo ha llevado desde los debates locales en Aragón hasta los pasillos del Parlamento Europeo, la experiencia de este autodenominado lobista le ha permitido representar los intereses de Aragón en el Parlamento Europeo con diferentes grupos de presión.

Ahora, como candidato número 11 en la lista de la coalición Sumar para las elecciones europeas del próximo 9 de junio, Martínez Tomey está listo para llevar su compromiso un paso más allá. Sumar, una coalición diversa que incluye a partidos como Izquierda Unida, Verdes-Equo, Más Madrid, En Comú, Compromís, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Nueva Canarias, así como a sus compañeros aragoneses Iguázel Bernad y Juan Carlos Blasco, promete un enfoque plural y colectivo.

En este contexto, Martínez Tomey se erige como un defensor de la transición energética y los sectores estratégicos, preparado para abogar por un desarrollo sostenible y justo que beneficie a todos los territorios de España desde el corazón de Europa.

PREGUNTA. El cambio climático, un nuevo modelo energético, la reforma de la PAC… Son algunas de las medidas que proponen al Parlamento Europeo, ¿qué otras propuestas destacan en su estrategia en Europa? 

RESPUESTA. Sumar se compone de muchas patas y una de ellas es Chunta Aragonesista donde tenemos ese compromiso específico con Aragón. Evidentemente pensamos globalmente y actuamos localmente frente a una Europa que se enfrenta, junto con el resto del planeta, a tremendos desafíos.  

Entre ellos están los climáticos, la potencia de facto que está liderando la lucha contra el cambio climático es Europa a nivel planetario, el mundo está mirándonos como el referente de los cambios que tratan de recogerse en los acuerdos de París sobre el cambio climático. La ciudadanía tiene una gran necesidad de descarbonizar nuestra economía y nuestra vida. Estamos notando sus consecuencias muy acusadamente y tememos sectores muy vulnerables, el primero y más importante es nuestro sector agrario y ganadero. 

En el contexto de las políticas europeas sobre cambio climático, ¿qué iniciativas defenderá para asegurar que las regiones rurales como Aragón se beneficien de la transición hacia una economía verde?  

Entre los desafíos de Aragón, tenemos que conseguir que nuestro territorio pueda contribuir a la transición energética desde un modelo más racional que el que hasta ahora estamos conociendo. El territorio aragonés está siendo ahora mismo está siendo mayormente hipotecado desde el punto de vista paisajístico, medioambiental y, en general, de los usos del territorio por un modelo que obedece a la lógica de los grandes oligopolios eléctricos. 

La experiencia indica que hay una alternativa en la cual los individuos y las familias pueden producir la mayor parte de su energía desde sus propios tejados. Entendemos que desde Europa hay que poner orden en todo esto ya que ni España ni el Gobierno de Aragón lo hacen. Desde Europa tendrían que sentarse premisas básicas de ordenación del territorio y de orientación del modelo energético. 

Comentaba que en Aragón existen sectores muy vulnerables.

Está muy claro que tenemos que proteger a nuestros sectores estratégicos, como es el primario, de importaciones desleales y abusivas de terceros países. Hay que revisar los acuerdos comerciales de la Unión Europea. Aspiramos a que la UE siga siendo un marco de soberanía compartida en el cual esos principios, de Estado social y de derecho, estén plenamente vigentes. 

Tenemos que llamar la atención a los ciudadanos que van a ir a votar, que están en peligro las propias bases del edificio europeo sobre el que hemos basado la paz y la prosperidad de este continente en los últimos 70 años. 

Un tema controvertido en los últimos días ha sido la gestión del agua, sobre todo, respecto a los trasvases, ¿qué propuestas presentan desde la coalición en materia de política hidráulica?  

En España hay modelos de agricultura que son absolutamente pretensiones ilógicas e insostenibles, entiendo que es admirable que saques aguacates del desierto, pero habrá que plantearse si no sería más eficiente sacar esos aguacates de donde hay agua.  

Cuando el agua no llega en las cantidades necesarias para ese aguacate, ¿la solución a eso es que derivemos esos caudales desde cientos de kilómetros de distancia alterando de forma radical las características fisicoquímicas de las masas de agua, como dice la directiva marco europea del agua? Evidentemente no. En este sentido el voto a Sumar es una garantía frente a los trasvases, es una garantía en favor de muchos otros campos en los que Europa es un modelo de progreso, de civilidad y de solidaridad.  

¿De qué manera puede contribuir su amplia trayectoria profesional ligada a la política en lo que respecta a las elecciones europeas?  

La duración de elaboración de una directiva o de un reglamento europeo puede ser de entre 4, 6 y hasta 8 años y en ese proceso tenemos la oportunidad de participar. Mi perfil, precisamente, va de esto. Estoy avezado en ese trabajo, sé cómo funcionan las instituciones, sé qué mimbres son necesarios para llevar adelante una iniciativa exitosa ante los decisores europeos y puedo aportar ese bagaje personal que, además, he combinado después en el plano político durante años en los cuales llevo siendo responsable de esta materia en Chunta Aragonesista.

Y ahora dentro de esta coalición, gracias a la cual hemos tenido representación en Europa durante 30 años y vamos a seguir teniendo. Porque estas elecciones estoy seguro que nos van a dar una renovación de la confianza de los ciudadanos, bajo esta fórmula de cooperativa política en la cual el diputado que sea seguirá representando los intereses de Aragón porque ahí estaré yo para transmitírselos.  

Sumar de cara a las elecciones europeas reúne a partidos con enfoques similares, pero a veces contradictorios. ¿Cómo se están manejando las tensiones internas para presentar una postura unificada?  

No hay prácticamente diferencias. Hay pequeñas cosas, pero es tan grande lo que tenemos en común que básicamente no existen esos problemas. Algunos ponemos más el acento en Aragón como país de Europa, como sujeto que está llamado a hacer oír su voz, otros ponen más el acento en las cuestiones de carácter social, de inmigrantes, del colectivo LGTBIQ+, que nosotros también apoyamos, pero desde una óptica de Aragón y ellos aportan una perspectiva de España.

Nos retroalimentamos muy bien, quizá nosotros somos los que sabemos conectar mejor a pie de calle lo que está en la nebulosa del Parlamento Europeo y ellos son muy buenos en formular otros temas como las políticas sociales y laborales.  

Pasa de Chunta a Sumar en representación en las europeas, ¿cómo puede garantizar que las necesidades específicas de Aragón no se diluyan dentro de la agenda más amplia de la coalición Sumar, que incluye a varios partidos con diferentes intereses?  

Tenemos dos aportaciones fundamentales que podemos hacer esta coalición y sobre la cual nuestra experiencia directa es muy valiosa. La primera es la de las políticas de despoblación o repoblación. Fuimos nosotros los que en la legislatura 2014-2019 participamos, junto con otros actores, más activamente de las negociaciones y de las iniciativas para conseguir que se introdujese en el Reglamento del FEDER un criterio de bonificación para las inversiones en territorios especialmente golpeados por la despoblación.  

También conseguimos que se introdujese el mismo status en las ayudas al funcionamiento prácticamente para las provincias de muy baja densidad de población de España. Logros que paradójicamente desde los gobiernos de España parece que cuesta aplicar. Creo que hay que hacer un llamamiento al Partido Socialista muy claro: ¿estamos o no estamos por la despoblación? 

¿Y respecto a la segunda aportación?

Esta propuesta se refiere a los límites del territorio. Tenemos dos grandes vectores de presión sobre el territorio en Aragón. Uno de ellos es la presión que los que las grandes parques eólicos y fotovoltaicos está empezando a ejercer con un gran impacto paisajístico, medioambiental, y, además, el retorno que tenemos es absolutamente mínimo. Pero el retorno se lo están llevando empresas que no tienen su sede social en Aragón, que la tienen fundamentalmente en Madrid y algunas incluso fuera de España.  

Y otra cuestión importante del impacto medioambiental, a pesar de ser Aragón un territorio que tiene una gran red de espacios naturales –Red Natura 2000, otra invención europea-, la degradación de nuestras masas de agua, sobre todo por efecto de los pesticidas y de los fertilizantes, además de las explotaciones porcinas, que tienen grandes consumos de agua.  

Aragón enfrenta desafíos similares a otros territorios periféricos de Europa, ¿qué planes tiene para formar alianzas con estas regiones y asegurar una mayor influencia conjunta en el Parlamento Europeo?  

Existe una alianza poco operativa de momento de regiones escasamente pobladas. Hoy por hoy se ha movido a nivel de las representaciones de las regiones ante la Unión Europea y nosotros lo que vamos a intentar es que se revitalice el intergrupo del Parlamento Europeo sobre áreas montañosas y despobladas. Vamos a promover que ese intergrupo profundice en el concepto de Smart Villages (pueblos inteligentes) para que se incorporen como una pauta de trabajo a la hora de aplicar la asignación de fondos y en el diseño de políticas. 

Y, sobre todo, vamos a incidir en la necesidad de enfatizar la creación de capital social y humano en las áreas rurales. Este es un objetivo que yo creo que nos va a tener ocupados porque ya se está preparando el próximo periodo de programación y de financiación de 2027 a 2034 y un buen lobista tiene que trabajar con años de anticipación. 

Estas elecciones europeas están marcadas por el auge de la extrema derecha, siendo un fenómeno que está creciendo en múltiples países, como España, Italia o Alemania, y sobre todo un movimiento que cuenta con el respaldo de las clases más populares o desfavorecidas. ¿A qué cree que se debe este apoyo?

El auge de la extrema derecha tiene raíces en nuestra propia cultura. Hay una tendencia a atribuir a determinados fenómenos la causa de nuestros males, los que sean que tengamos como ciudadanía. Esto se conoce en la historia de la comunicación para poder canalizar las frustraciones de la población hace una determinada causa común porque así simplificas la naturaleza de los problemas. La simplicidad es la base del pensamiento fascista –un solo Dios, un solo rey, una sola lengua…-, vamos a simplificar la realidad, aunque nos demuestre que los fenómenos que afectan a nuestras vidas son mucho más complejos y que hay que esforzase para abordarlos con éxito.  

El discurso de la xenofobia, del racismo y de la extrema derecha, en general, es un discurso contraproducente precisamente para nosotros como sociedad. Hay que educar a la gente en que desarrolle capacidad de criterio para analizar qué hay más allá de esos mensajes simples de la extrema derecha.  

Uno de los grandes debates de las elecciones europeas es la migración y la criminalización por parte de la extrema derecha. ¿Cómo considera Sumar que habría que tratar la migración del norte de África?

Hay que combatir la inmigración ilegal, esa es la primera premisa. Sostenemos que todas las personas tienen derecho a vivir donde deseen y a ganarse la vida de una manera honrada donde deseen, por supuesto adaptándose ellos y las sociedades que los reciben, a que se conviertan en europeos, en definitiva, con su diversidad. 

El problema que tenemos es lo que subyace al recientemente firmado pacto europeo sobre inmigración y asilo. Este pacto, como otras tantas cosas de la Unión Europea de toma y daca, trata de conciliar las perspectivas de países más abiertos con la de países con motivaciones claramente racistas que se niegan en redondo a todo y quieren hacer de Europa una fortaleza inexpugnable que se estaría pudriendo económicamente porque nos falta mano de obra.  

Sumar no quiere que esto suceda, por lo que necesitamos que esto se haga desde los países de origen por cauces legales en los cuales no se reduzca todo a una cuestión de cuotas, de concesiones de visados, etc. Sino que se amplíen los recursos de nuestras embajadas para tramitar debidamente esas solicitudes de acceso a la UE para que esto se haga sin que nadie tenga que jugarse el pellejo.  

La guerra de Ucrania sigue siendo una preocupación constante en la UE y cada vez más se oyen cantos de sirena hacia la constitución de un ejército europeo. ¿Cómo lo valora? 

Desde esta coalición abogamos por una defensa europea autónoma de carácter defensivo. La democracia, el Estado de derecho y social, tienen amenazas exteriores y por lo tanto tenemos que ser capaces de oponer una capacidad disuasoria frente a todo ello. El primer papel que debe tener Europa en el mundo es el de ser una potencia civil y civilizadora y luego la UE tiene que replantearse su frontera oriental, me refiero con eso a sus relaciones con Rusia. 

Es evidente que tenemos que plantear un plan de paz para detener la guerra de Ucrania. Pero plantear una paz ahora supone que seguramente Ucrania tendrá que renunciar a territorios. La paz ahora mismo sería una paz muy difícil de tragar para Ucrania, pero también es cierto que quizá Ucrania no se ha comportado desde 2014 como debería con sus minorías rusas. Ni todo el mundo es del todo bueno ni del todo malo.  

La UE ahora está muy beligerante apoyando a Ucrania, pero previamente la actitud de la UE fue muy agresiva en el sentido de incorporar a una serie de países a los que se había dado garantías en su día a Rusia de que no se iban a incorporar ni a la OTAN ni a la Unión Europea, sin embargo, los estamos metiendo. 

Palestina es otro de los temas que está a la orden del día.  

El doble delito en este sentido de Israel con respecto a los palestinos está en que se está dando una respuesta desproporcionada al daño que sufrió porque las sospechas de que se dejaron hacer daño, yo personalmente las tengo. Desproporcionada y además ignorando que la propia población de Gaza había sido secuestrada, hace ya años, por Hamás.  

Hamás salió elegida con los votos de los gazatíes en su día, pero luego se negaron a repetir las elecciones, a esto se llama secuestro de la población y los tienen como escudos humanos. La culpa de que ese secuestro se haya producido es de Israel por dividir Cisjordania de Gaza e impedir que la autoridad nacional palestina asentada en Cisjordania pudiese tener control efectivo en la franja de Gaza.

El futuro no sé cuál será, pero desde luego, por la parte de los palestinos tendrá que ser sin terrorismo y sin revanchismo.