Las voces de alarma sobre el futuro del sector agrario y la necesidad de un relevo generacional efectivo resuenan con fuerza en Aragón, donde representantes de las organizaciones agrarias expresan su frustración ante la falta de medidas concretas y la ausencia de diálogo efectivo en las negociaciones con el gobierno regional.

La cara visible de todas estas protestas y claro azote del consejero de Agricultura, Ángel Samper, es Esther Rubio, de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA). Esta joven agricultora subraya la urgencia de abordar el problema del relevo generacional para evitar el vaciamiento de los pueblos en la próxima década.

A sus 32 años, después de haberse formado y trabajado en Marketing y Publicidad, el fuerte lazo con su pueblo y su origen familiar la impulsaron a regresar y emprender en el sector agrario junto a cinco jóvenes más: sus hermanas Selma y Lucía, su pareja Marcos, y su cuñado Toni.

Su familia tiene una larga trayectoria en la agricultura y la ganadería, destacándose su padre no solo por su labor en el campo sino también por su activismo sindical.

Este legado familiar motivó a Ester y a sus hermanas a buscar su propio camino, deseando emprender un proyecto propio más allá de la explotación familiar. Ester fue la pionera, incursionando en el sector a los 27 años, incluso sin contar con apoyos financieros. Empezó con una granja porcina de 2.000 cabezas, y con esfuerzo y dedicación, han logrado expandir su operación hasta alcanzar las 5.200 cabezas que manejan actualmente.

EL CAMPO NO CEDE Y SIGUE CON SUS DEMANDAS

A raíz de la flexibilización de los requisitos de la Política Agraria Común (PAC) por parte de la Comisión Europea, las organizaciones agrarias ven necesario que las medidas de apoyo se adapten a las competencias autonómicas. Resaltan la importancia de ayudas directas contra la sequía, tema en el que Aragón parece quedarse atrás en comparación con otras comunidades.

La movilización agraria en Aragón sigue adelante, con UAGA y UPA a la cabeza de las protestas, que exigen un modelo de agricultura que favorezca la sostenibilidad y el asentamiento de población en las áreas rurales. Las demandas incluyen un plan aragonés de relevo generacional y mayor celeridad en los pagos de la PAC y las ayudas a la incorporación.

El consejero de Agricultura, Ángel Samper, y otros representantes del gobierno llevan días sin aparecer en las concentraciones, lo que ha intensificado las críticas por parte de las organizaciones convocantes. El diálogo entre el gobierno y el sector agrario se encuentra en un momento crítico.