Iban a dar un nuevo golpe; esta vez en un pueblo zaragozano de 5.000 habitantes. Estaban muy bien coordinados y sabía cada uno lo que tenía que hacer. Lo primero que hacían era vigilar oficinas bancarias que tuvieran edificios colindantes deshabitados.

Podían estar semanas viendo como entraban y salían los empleados. Sus horarios, sus costumbres, incluso si salían a almorzar regularmente. Era muy importante que en los edificio colindantes tuviesen la posibilidad de efectuar un butrón.

La madrugada del día anterior, forzaban el local que habían previamente elegido y estaba pegado al banco y realizaban el butrón para poder acceder. Posteriormente, y una vez los empleados habían desactivado los sistemas de alarma, accedían.

No dudaban en utilizar métodos violentos para obligar a dichos empleados de las sucursales a que les dieran el dinero que se encontrara en el establecimiento. Los tres hombres fueron detenidos en un operativo en el que participaron más de 100 agentes con la colaboración de los Mossos d’Esquadra justo durante su siguiente golpe.

SEGUNDA VEZ QUE LES PILLAN ‘IN FRAGANTI’

Estos mismos presuntos ladrones fueron detenidos en 2022 por la Guardia Civil y Policía Local de Benicàssim cuando se disponían a robar mediante butrón en un establecimiento bancario. Otro asalto a un banco de Oliana, Cataluña, mediante el mismo modus operandi alertó a los Mossos d’Esquadra y permitió la creación de un operativo conjunto.

En Cataluña de nuevo un butrón, el botín y la posterior inmovilización de los trabajadores antes de huir. Demasiadas coincidencias. A partir de los testimonios de las víctimas, los investigadores lograron determinar la vivienda de uno de los criminales. Así fue cuando descubrieron que su próximo golpe iba a ser en Zaragoza y en la entidad bancaria de Villanueva de Gállego.

,