El inicio del año 2019 sacudió a la comunidad de Extremadura con cuatro averías en menos de 24 horas en sus trenes que conectan con otras comunidades. Con una afección a 300 pasajeros.

El eco mediático retumbaba desde Extremadura por su petición, al Gobierno de España, por un tren digno en la comunidad extremeña. Sin embargo, el déficit de infraestructuras es aún mayor en la provincia de Soria y Teruel.


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El caso de Extremadura no es el único. Soria y Teruel son las dos únicas capitales de provincia sin acceso a la alta velocidad y sin servicio de trenes de larga distancia.

En el caso de Teruel, tiene el tren más lento de España. No se puede rebasar los 70 kilómetros por hora. Tan lento que en algunos tramos hasta puede adelantarlo un tractor, según un vídeo publicado por la plataforma ‘Teruel Existe’.

El problema de infraestructuras ferroviarias en la provincia de Teruel se puede hacer extensible a casi toda la comunidad aragonesa.

La provincia de Teruel tiene en el tren una de sus principales reivindicaciones, tanto por las deficiencias que presenta la línea actual como por las promesas incumplidas acerca de un futuro corredor moderno que uniría el País Vasco con la Comunidad Valenciana, pasando por la región turolense.

“La línea actual de tren está peor que hace cien años”, denuncian desde ‘Teruel Existe’, y eso que la ciudad fue la última capital de la España peninsular a la que llegó el ferrocarril, en 1901.


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Actualmente, se mantiene el mismo trazado proyectado en el siglo XIX. Es decir, vía única, sin electrificar y con rampas de hasta 24 milésimas, lo que convirtió en imagen habitual aquellos vagones de mercancías que llegaban de Zaragoza rumbo a Valencia y que detenían en la estación de Teruel porque no eran capaces de superar esos desniveles.

Las últimas actuaciones se han encaminado a evitar estos problemas, pero son un “parcheo” en opinión de Teruel Existe y de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril, ya que se ha multiplicado por diez el tráfico de mercancías por la línea. Porque resulta que esta línea tiene un potencial enorme para el transporte dada su ubicación.

Así y todo, las averías son habituales, según denuncian estos colectivos, y como ejemplo la cifra que ofrecían antes de la penúltima movilización en mayo del pasado año en Zaragoza para reclamar inversiones para la provincia, con el tren como bandera.

Hablaron entonces de 450 incidencias en quince meses, un centenar de ellas relacionadas con averías en frenos, desprendimientos de limpiaparabrisas en marcha o en los motores.

Pero también se registraron incidentes tan dispares como quedarse sin combustible o que entre agua cuando llueve, o humo o ruido, en el compartimento de pasajeros. Por no hablar de viajar con una temperatura de cinco grados.


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Teruel Existe critica, asimismo, que en esta vía se han seguido utilizando los llamados trenes ‘tamagochi’, el modelo 596, un ejemplar obsoleto que se ha ido retirando de otras líneas precisamente por vetusto y ya, en ocasiones, inoperante.

Así que los transbordos en autobús han sido habituales en la vida de esta línea, que obviamente cada vez usan menos pasajeros.

El tren es tan lento que incluso tarda más que el autobús en completar el mismo recorrido y, por si fuera poco, puede ser más caro el billete que el del AVE.

Desde Teruel Existe denuncian que las decisiones políticas en torno a la línea han estado encaminadas a dejarla morir. En enero de 1985 se cerró la línea Caminreal-Calatayud, eje natural de comunicación con Madrid.

Y en 2000 estuvo a punto de cerrarse definitivamente la vía, después de cinco descarrilamientos en un mes, pero se evitó fundamentalmente, destacan, gracias a la movilización ciudadana.