El 11 de diciembre marca el triste aniversario de uno de los atentados de ETA más trágicos en Aragón, específicamente en la casa cuartel de la Guardia Civil en la avenida de Cataluña.

Este ataque ocurrió hace 36 años y dejó un saldo devastador, con 11 personas fallecidas, incluyendo 6 niños.

Hoy, el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, y la alcaldesa, Natalia Chueca, han asistido al acto homenaje organizado por la Asociación Víctimas del Terrorismo con motivo del 36 aniversario del atentado perpetrado por ETA en 1987 en la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, en el Parque de la Esperanza.

La ciudad de Zaragoza amaneció envuelta en niebla aquel viernes de diciembre, con el frío calando húmedo. A las 6:10 de la mañana, un Renault 18 intentaba aparcar en un lugar prohibido, y fue entonces cuando se produjo la explosión de 250 kilos de amonal, dejando la casa cuartel en ruinas y cobrando la vida de 11 personas, además de dejar 88 heridos.

Pascual Grasa, que estaba de guardia, salió corriendo detrás de los dos terroristas de ETA que abandonaron el coche bomba. Aunque no logró detenerlos, pudo alertar a otro conductor que circulaba detrás, salvándole la vida.

Pilar Ballarín perdió a su hermano José Ignacio y a su única hija, Silvia, de 6 años, en el atentado. El funeral por las víctimas se celebró al día siguiente en la Basílica del Pilar. Aunque la justicia llegó en 1990 con el desmantelamiento del comando Argala, responsable de la masacre, el dolor y la ausencia de quienes perdieron la vida perduran.

Al día siguiente, Zaragoza entera se echó a la calle. Y desde entonces cada año se ha recordado en el memorial de la plaza al final de la avenida, sobre la tierra desnuda que dejó el cuartel.

El juicio se celebró en París y sus integrantes siguen en la cárcel, dos de ellos, condenados, por la legislación francesa a cadena perpetua.