Siempre sonriente, siempre tenaz… Teresa Perales, premio princesa de Asturias de los Deportes 2021, es la deportista española que más medallas ha conseguido en unos Juegos. Y además, es una gran embajadora de nuestra tierra, llevando el nombre de Aragón y de Zaragoza allá donde va.

Tras la luxación de su hombro, Teresa Perales ha tenido que sacar una vez más su fuerza interior para aprender a nadar con un solo brazo. Y en estos momentos, está entrenando en Granada, preparándose para el que será su siguiente gran reto: conseguir una medalla en los Juegos de París. Durante su estancia en esta ciudad andaluza, hemos hablado con esta zaragozana para conocer un poco más de ella, y de algunos de sus lugares favoritos de Zaragoza.

¿Qué tres palabras usaría para definir Zaragoza?

Histórica, amable, y bonita.

Usted que viaja tanto y que ve a tanta gente ¿Qué imagen tienen de nosotros fuera?

Nos ven como una ciudad amable. La gente es cercana, acogemos enseguida, y aunque es una gran ciudad, si alguien de fuera te pregunta por el Pilar, aún somos capaces de indicar por donde se va, y a veces, incluso se les acompaña. Somos una ciudad por la que han pasado muchas culturas, y no guardamos rencor a ninguna, eso se nota en el carácter de los zaragozanos.

¿Es Zaragoza una ciudad accesible, o todavía quedan muchas barreras arquitectónicas?

Sí, aunque todavía quedan algunas barreras por romper, lo cierto es que Zaragoza es una ciudad bastante accesible en comparación con otras grandes ciudades. Es una ciudad muy llana, y recuerdo cuando empecé a ir con la silla de ruedas, estaba todo lleno de bordillos imposibles de superar. Ahora, se ha mejorado mucho en este aspecto. Y en general, con excepciones, muchos locales son accesible. Se nota que hay interés por parte de tiendas y restaurantes para que todos los ciudadanos podamos entrar a sus locales.

¿Cuál es su rincón favorito de la ciudad?

El Balcón de San Lázaro… Me parece un sitio espectacular con el Ebro y el Pilar de fondo. Cuando tengo que hacer algún reportaje de fotos, me gusta ir allí.

¿Su barrio preferido?

La zona centro, y en especial, la zona de la Puerta del Carmen.

Si viene alguien de fuera a verte, ¿Dónde le lleva?

Además de al Pilar y la Seo, me gusta llevarles a recorrer rinconcitos del Casco Histórico, por la zona de las plazas de San Felipe, la del Justicia… También me gusta llevarles al Mercado Central. Además, también les hago una ruta por algunos sitios para picar algo, creo que en Zaragoza se come muy bien, y es algo que hay que mostrar.

Ya que hablamos de comer… ¿Cuáles son sus restaurantes imprescindibles?

Uno de mis preferidos es La Parrilla de Albarracín, porque se come súper bien, y además el trato es fantástico… También me gusta Casa Royo, con esas costillicas y esas patatas que son alucinantes, El Fuelle, un clásico de la comida aragonesa, o sitios como El Calamar Bravo o Los Espumosos.

¿Y para tapear?

Últimamente me gusta ir al Mercado Central, me gusta cómo han dejado la zona de los puestos, y luego tiene una zona de restauración para picar algo. Además, siempre van cambiando lo que ofrecen.

¿Un sitio para tomar un café tranquilo?

En mi casa, el café me gusta tomarlo en mi casa, leyendo o escuchando música.

Cuando estás compitiendo, o entrenando fuera como ahora, ¿Qué echa de menos de Zaragoza?

Sobre todo, mi casa y mi familia. Y la comida, por supuesto -contesta mientras ríe a carcajada limpia-. Para mí la comida es muy importante. Y hablando de comida, cuando estoy fuera echo de menos la borraja, cada vez más.

Un sitio de Zaragoza que le traiga buenos recuerdos

Hay muchos desde que era niña… desde tiendas, a las calles iluminadas de Navidad. Si tuviera que destacar uno, el Parque del Agua. Con mi hijo, y mi perro Golfo, íbamos por este parque con las bicis. Eran momentos muy bonitos.

¿Algo que no le guste de Zaragoza?

La falta de cuidado en la estética de las tiendas, o la cantidad de edificios bonitos que se han tirado. Viajo mucho, y veo cómo en otras ciudades se ha conservado el patrimonio, cuidan la estética de los locales… Con la historia que Zaragoza tiene a sus espaldas ha habido edificios preciosos, y se han tirado muchísimos.

Justo antes de comenzar a nadar en una competición, ¿en qué piensa?

La verdad es que cuando estoy en la cámara de salidas, pienso poco. Es un momento muy tenso, es un momento de concentración, y realmente , pienso poco. Es más, pienso sobre todo en los rivales que tengo al lado. Y no pienso en ellos como competidores, es que aunque en el agua salgo a ganar, antes, en la cámara de salidas, no me gusta verlos nerviosos… Así que siempre reparto besos y sonrisas. Y sé que a muchos eso, les descoloca. Sobre todo ahora que compito con gente con la que apenas conocía, y no saben como soy.

De las 27 medallas que tiene en Juegos Paralímpicos (7 oros, 10 platas y 10 bronces), ¿Cuál es la más especial?

Pues si me esta pregunta me la hubieras hecho antes de Tokio, seguramente te hubiera dicho que la primera que gané, o la primera que gané con mi hijo… Pero después de la luxación que sufrí en el hombro izquierdo, te diré que fue la medalla de Tokio. Fue un momento muy duro, casi todo el mundo pensaba que no podría conseguirlo… Y al final, llevé lo de ser maña al extremo, y conseguir esa medalla pese a todo fue algo épico para mi. A partir de ahí, al margen de los dolores, ha sido duro tener que aprender a nadar de nuevo con un solo brazo. Aún así, espero que la siguiente, la que espero conseguir en París, sea la mejor.

Su próximo reto

Este año tengo muchos retos: voy a viajar mucho compitiendo, aunque el reto final van a ser los Juegos de París. Faltan 225 días para que llegue la cita.

El 2023 ha sido un año de readaptación ¿Qué espera de 2024?

Ahora que ya he aprendido a nadar con un brazo, espero disfrutar del recorrido hasta los Juegos de París. Quiero ganar la medalla en los Juegos Paralímpicos, sé que es más difícil que nunca, pero estoy trabajando muy duro, y tengo muchas ganas de subirme al pódium.