Es probable que incluso el viajero más avezado no sepa decir con seguridad cuáles son las rutas regulares que ofrece Ryanair desde Zaragoza en este momento. El vaivén contínuo de poner y quitar destinos es una práctica que la aerolínea irlandesa realiza habitualmente en aquellas ciudades en las que no dispone de base fija.

En los últimos tiempos, la capital aragonesa ha visto como se anunciaban a bombo y platillo nuevos vuelos a ciudades como Bolonia, Viena o Lisboa. Y tal como vinieron, se fueron: ya no se opera a las capitales austriaca y portuguesa, y la conexión con Bolonia dejará de estar operativa en noviembre. Este año se ha inaugurado una nueva ruta comercial, a Santiago de Compostela, que está por ver cuánto tiempo se mantendrá.

A día de hoy y de cara a invierno, la compañía aérea sigue comercializando billetes para Londres – Stansted (el destino estrella del Aeropuerto de Zaragoza), Bruselas – Charleroi, París – Beauvais, Milán – Bérgamo, Venecia – Treviso, Marrakech, Palma y la mencionada Santiago. Pero todo puede cambiar en cualquier momento.

Llama la atención, además, que un vuelo que ya era tradicional desde la capital aragonesa, Frankfurt, haya desaparecido y no haya visos para su regreso. Es decir, no hay conexión directa desde Zaragoza a ninguna ciudad de Alemania.

Dejando de lado los aeropuertos de playa e islas, que por razones turísticas acumulan conexiones a años luz de Zaragoza, la capital aragonesa puede compararse con otro centro urbano español de unas dimensiones similares: Sevilla. Y la comparación es odiosa: la capital andaluza cuenta con conexiones de Ryanair a Colonia, Düsseldorf, Frankfurt, Karlsruhe, Nuremberg, Viena, Bruselas, Billund, Burdeos, Marsella, Nantes, París, Toulouse, Budapest, Dublín, Cork, Bari, Bolonia, Cagliari, Catania, Milán, Nápoles, Pisa, Roma, Trapani, Turín, Venecia, Luxemburgo, Malta, Marrakech, Rabat, Tánger, Tetuán, Eindhoven, Cracovia, Lisboa, Oporto, Birmingham, Edimburgo, Londres, Manchester, Praga… y hasta 15 destinos nacionales.

La propia Santiago de Compostela, una ciudad mucho más pequeña que Zaragoza, cuenta con una oferta regular más ambiciosa: Munich, Bruselas, Burdeos, Marsella, París, Dublín, Bolonia, Milán, Londres, Edimburgo, y 15 destinos en España.

ZARAGOZA, DESTINO «DE PASO»

Entonces, ¿dónde está el problema? La principal razón es que Zaragoza no es una base fija de Ryanair, al contrario que Santiago. El hecho de serlo supone contar con plantilla fija en la ciudad y que los aviones duerman en el aeropuerto. Actualmente, la aerolínea cuenta con 12 bases fijas en España y, si bien la capital aragonesa ha estado siempre entre las candidatas, hay factores que juegan en su contra.

Uno de ellos es la buena situación geográfica, que en este caso no beneficia. El hecho de que cualquier zaragozano o cualquier visitante que quiera venir a Zaragoza tenga la opción de volar tanto a Madrid o Barcelona y coger un tren de alta velocidad que en una hora les conecta, supone un problema para que el aeropuerto no logre despegar. Además, la irrupción de las operadoras Ouigo e Iryo ha traído consigo una notable bajada de precios en los trenes.

A esto se añade las nuevas conexiones de alta velocidad que enlazan a Zaragoza con ciudades del sur de Francia como Marsella. Esto limita el interés de abrir vuelos hacia una de las zonas más interesantes de Europa.

Luego está el asunto de las subvenciones: Ryanair es una compañía privada y, como es lógico, siempre va a priorizar aquellos destinos que le son más rentables. En caso de competencia, son las administraciones locales las que intentan compensar, vía subvención, que la aerolínea opte por su aeropuerto frente a otros.

Esta situación diabólica provoca que no quede otra, en caso de no contar con base fija, que destinar dinero con el fin de que Ryanair decida mover su avión a Zaragoza y no a otra ciudad. Asimismo, el hecho de no ser base fija significa que los aviones no duermen en el aeropuerto, por lo que siempre va a ser un destino «de paso», en el que se dejan viajeros e inmediatamente se parte de nuevo.

Otro factor que, si bien es generalizado, también provoca que no sea el mejor momento para expandirse: los vuelos (no sólo los de Ryanair), han subido de precio ostensiblemente desde que estalló la guerra de Ucrania. No obstante, siguen encontrándose buenos precios desde Zaragoza, que se beneficia de un factor que sí es positivo frente a otros aeródromos: sus tasas son muy bajas.

Por ejemplo, en octubre es posible encontrar vuelos a Londres o Milán por menos de 60 euros ida y vuelta. Sin embargo, sigue habiendo destinos cuyo importe no tiene nada que ver. Por ejemplo, los vuelos a Marrakech no bajan de los 150 euros ida y vuelta en el mismo mes.

Estas circunstancias hacen muy difícil que Zaragoza crezca en nuevas rutas regulares. La portavoz de Ryanair en España y Portugal ya adelantó este año que no hay planes para que la capital aragonesa se convierta en base fija. Según profesionales del sector aéreo, el futuro próximo será similar a lo que ya existe, añadiéndose quizá una o dos rutas más, eso a lo sumo.