El precio de la energía fue el gran damnificado cuando estalló el conflicto de Ucrania, alcanzando cifras de récord que comprometieron la economía de muchas familias. Las medidas gubernamentales llevadas a cabo en España, fundamentalmente con la reducción del IVA amortiguaron el impacto, pero esta situación se ha revertido en el caso de la luz y pronto lo hará con el gas.

En concreto, el IVA en la electricidad, que estaba fijado en el 5%, ha pasado al 10% desde el 1 de enero de 2024. Lo mismo ha ocurrido con el IVA aplicado al gas, con la diferencia de que en este caso se espera que se incremente hasta el 21% a partir del 1 de abril de este año.

No obstante, también hay que tener en cuenta que los precios energéticos se han reducido considerablemente a lo largo de 2023, una tendencia que parece que continuará en 2024, si bien hay cuestiones geopolíticas sobre la mesa que podrían hacer que esto cambiara, fundamentalmente la evolución de las relaciones con Rusia y la situación del Mar Rojo, comprometida con el conflicto de Israel con Hamás.

Como explica el consultor energético Jesús María Sahún, de la empresa aragonesa especializada Switching Consulting (SwC), «la subida de la electricidad rondará los 25 euros anuales por hogar este año». No obstante, «es más preocupante el gas, el que el IVA se multiplicará por cuatro respecto a 2023 en abril, si bien ya habrá pasado el rigor invernal».

LO MÁS PREOCUPANTE: RECUPERAR EL IVA DEL 21%

Las asociaciones de consumidores están especialmente preocupadas en esta cuestión: recuperar el tipo máximo del IVA. Algo que según Sahún «parece inevitable». Sin embargo, el consultor energético tranquiliza al recordar que la electricidad tuvo un precio de 112 euros el MW/h de media en 2021, alcanzó su pico en 2022 con 210 euros y en 2023 ha bajado hasta los 87,3 euros.

Jesús María Sahún, consultor de Switching Consulting / HA

«Durante la pandemia se tocó el mínimo histórico de 34 euros el MW/h y podría decirse que el precio normal estaría en torno a 45 euros». Por lo tanto, a día de hoy todavía nos encontramos casi en el doble de lo que sería un precio convencional y es posible que siga bajando.

«En 2024 el mercado de futuros está estimando una media de 76 euros, pero cualquier accidente geopolítico o económico podría cambiar esta tendencia», detalla.

Algo similar está ocurriendo con el gas. Si en 2021 el precio se situó en 47,31 euros el MW/h, subió a 99 euros en 2022, y 2023 ha cerrado con una media de 39 euros. Para Sahún, 2024 estará en torno a 32 euros, continuando la tendencia bajista. Pero, de nuevo, todo dependerá de la situación geopolítica.

El experto de Switching Consulting también recuerda que la demanda interna de gas está descendiendo, al igual que la de todos los hidrocarburos, gracias a la paulatina electrificación. A ello se une que Estados Unidos está produciendo cada vez más gas y petróleo y la dependencia de Rusia es cada vez menor gracias a la irrupción de actores como Argelia, Qatar o Nigeria.

Es decir, hay menos demanda y más oferta, lo que previsiblemente se traducirá en un descenso del precio. Lo que puede condicionarlo es la situación del Mar Rojo, un punto clave para el transporte, o algún evento meteorológico adverso, como podría ser una intensa y prolongada ola de frío.

MEJOR CON TARIFA REGULADA

Pero, ¿cómo reducir la factura? Como explica Jesús María Sahún la tarifa TUR regulada se incrementa un 8,19% desde el 1 de enero, alcanzando los 11,35% más con impuestos. No obstante, sigue siendo la mejor opción para los hogares porque están más protegidos ante cualquier situación que se produzca.

«La tendencia histórica avala que los clientes que optan por tarifas reguladas salen ganando a la larga, tanto en el caso de la electricidad como en el del gas», asevera.

Por otra parte, la instalación de placas solares puede ser muy positiva en algunos casos. En domicilios unifamiliares, una de las claves es tener vehículo eléctrico. Asimismo, conviene su instalación si el consumo eléctrico primordial se va a realizar en horario diurno.

En el caso de comunidades de vecinos, las placas solares tienen menos incidencia y pueden servir para alimentar el gasto común de iluminación de instalaciones, trasteros y ascensores. No obstante, puede ser interesante constituirse como comunidad energética y poder vender la energía sobrante.