La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, alertó este jueves sobre las posibles repercusiones de las crecientes tensiones geopolíticas en Oriente Medio sobre los precios de la energía y la inflación.

En una rueda de prensa realizada en el Banco de Grecia, Lagarde enfatizó que tales tensiones podrían llevar a un incremento en los costos energéticos a corto plazo y agravar las perspectivas económicas a medio plazo.

Señalando el reciente ataque terrorista a Israel, la presidenta del BCE subrayó que estos conflictos «representan una significativa fuente de riesgo geopolítico«, lo que podría erosionar la confianza tanto de las empresas como de los consumidores, y en consecuencia, frenar el crecimiento económico.

En su reunión reciente en Atenas, el Consejo de Gobierno del BCE optó por mantener sus tipos de interés en el 4,5%, respaldado por la reducción de la inflación. Además, la facilidad de depósito permanecerá en el 4%.

Lagarde recalcó que la tasa de inflación en la zona euro se redujo en septiembre, llegando al 4,3%, marcando una disminución notable en comparación con el mes anterior. Esta caída se debe en parte a la atenuación del aumento agudo en los precios de la energía y los alimentos experimentado en el otoño de 2022.

No obstante, la líder del BCE hizo énfasis en que los precios de los alimentos, pese a haberse moderado, siguen siendo altos desde una perspectiva histórica.

«La inflación en este sector continúa siendo elevada. Aunque los precios de la energía disminuyeron un 4,6% a lo largo del año, recientemente han experimentado un repunte y su evolución se ha tornado impredecible debido a las recientes tensiones geopolíticas«, declaró Lagarde.

Refiriéndose a los conflictos en curso, como la guerra de Rusia contra Ucrania y los ataques terroristas en Israel, Lagarde identificó estas situaciones como «fuentes clave de riesgo geopolítico» que podrían impactar negativamente la confianza de empresas y consumidores, ampliando la incertidumbre futura.

Finalmente, Lagarde advirtió que un posible incremento en los salarios o en los márgenes de beneficio podría también intensificar la inflación a medio plazo.

Estas declaraciones refuerzan la necesidad de mantener una vigilancia constante sobre el panorama económico global, en un contexto marcado por la inestabilidad y las incertidumbres geopolíticas.