El archipiélago canario está bajo el foco de atención debido a su prometedor potencial minero. Un reciente estudio publicado en la revista «Marine Geology», dirigido por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), revela la impresionante cantidad de metales preciosos y tierras raras que se encuentran en los montes submarinos cerca de El Hierro.

Esta información resalta en plena guerra mineral por encontrar las llamadas tierras raras en lugares tan recónditos como la Luna. Una misión espacial para lograr estos minerales que han emprendido desde Elon Musk o la agencia americana NASA. De hecho, se pretende excavar en la Luna en 2032 para buscar recursos en el satélite natural que incluyen oxígeno, agua, hierro y tierras raras.

LAS TIERRAS RARAS: EN CANARIAS

El descubrimiento en 2017 en el monte Tropic de una de las mayores reservas de telurio del mundo ya había resaltado la riqueza del área. Ahora, el estudio estima que estos montes pueden contener hasta 130 toneladas por kilómetro cuadrado de tierras raras, esenciales para tecnologías avanzadas como vehículos eléctricos y paneles solares, y actualmente dominadas en el mercado por China.

Las costras de ferromanganeso que recubren estos montes, como Las Hijas, Bimbache, The Paps, entre otros, albergan no solo tierras raras sino también una significativa cantidad de otros metales, como telurio y cobalto, en proporciones mucho mayores que las que se encuentran en la corteza terrestre convencional.

Estas costras se formaron a través de procesos geológicos únicos y han sido enriquecidas durante millones de años por las constantes aportaciones del desierto del Sáhara.

Pero, ¿qué implica este potencial minero? Las cifras son impresionantes: 130 toneladas de tierras raras por kilómetro cuadrado, 215 toneladas de cobalto, y grandes cantidades de otros metales como el níquel, cobre, vanadio, molibdeno, manganeso y hierro.

El mercado de las tierras raras, con una facturación anual de unos 9.000 millones de euros y dominado por China, podría verse afectado por este descubrimiento. Los autores del estudio sugieren la posibilidad de explotar estos metales en dos fases para maximizar el rendimiento y la rentabilidad.

Sin embargo, la explotación de estos recursos no está exenta de problemas. El impacto ambiental de la minería submarina en ecosistemas valiosos es una preocupación significativa. Además, la titularidad de estos montes submarinos está en disputa, con España y Marruecos presentando reclamaciones superpuestas a Naciones Unidas.