El gran problema que en la actualidad sufre el mercado del alquiler de vivienda, con precios muy elevados debido principalmente a la poca oferta, no está afectando cuando se trata de encontrar una habitación. De hecho, este tipo de alquiler está aumentando su disponibilidad, debido principalmente a una regulación menos estricta, que hace que muchos propietarios se decanten por esta vía.

Tanto es así que la oferta de viviendas en alquiler en Zaragoza ha aumentado un 15% en el último año (primer trimestre de 2024 respecto al mismo periodo de 2023), y el mercado no da señales de colapso como sí ocurre en el caso de los pisos completos. De hecho, la oferta en la capital aragonesa está creciendo poco si se compara con otras ciudades españolas.

De media, en España la oferta de habitaciones en alquiler ha subido un 43% en este tiempo, según un estudio realizado por Idealista. Por ejemplo, en una ciudad como Bilbao, ahora hay disponibles un 41% más de opciones. Lideran el ranking ciudades como La Coruña, donde la oferta se ha disparado un 78%.

Esto permite que, a diferencia del alquiler de vivenda, en el caso de las habitaciones los precios se mantengan relativamente controlados. De media, alquilar una habitación en Zaragoza cuesta 320 euros al mes. A eso hay que unirle que lo más habitual es que los gastos se compartan entre todos los residentes, lo que también reduce considerablemente la carga económica.

Pero, ¿por qué en este caso la oferta crece y es capaz de satisfacer la demanda a diferencia del alquiler tradicional? El principal motivo se encuentra en la ley de vivienda, que ha provocado que muchos propietarios se piensen dos veces sacar un inmueble al mercado.

El alquiler habitacional está sirviendo para esquivar algunos controles legales, pero esto podría tener los días contados, porque el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana está estudiando la manera de regular este tipo de mercado, que actualmente no se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), sino por el Código Civil.

En el lado de la demanda, que también crece, está la motivación de muchos ciudadanos que, debido al precio de los alquileres convencionales, se ven abocados a optar por este tipo de arrendamiento. Si años atrás el alquiler de habitaciones era algo dedicado casi exclusivamente a estudiantes, ahora es más habitual que trabajadores, personas recientemente separadas o ciudadanos adultos que deben pasar varios meses en la ciudad se decanten por esta opción.