Que Zaragoza ha crecido primordialmente hacia el sur en las últimas décadas ha dejado secuelas. Una de las principales es el reducto industrial incrustado en plena ciudad que encarna el polígono de Argualas, donde fábricas de acero, calderería o talleres mecánicos conviven con los usos puramente residenciales. El sur de Zaragoza es, además, la zona de mayor concentración de colegios de toda la ciudad, lo que provoca una dificil convivencia.,

No es algo inaudito, el crecimiento de Zaragoza y la mala planificación en tiempos pasados (la razón principal de que se produzca esta situación) ya ha resultado en casos similares como el Polígono de Cogullada o, echando la vista todavía más atrás, La Almozara (todavía hay quien la llama La Química).

URBANISMO DE ÉPOCAS PASADAS

La situación no se debe sólo a que la ciudad crezca y termine engullendo espacios que estaban reservados a la industria. Como explican a HOY ARAGÓN fuentes de Ecologistas en Acción, el motivo principal es el «urbanismo a la carta» que se ha estilado en Zaragoza en épocas pasadas. Básicamente, «se edificaba allí donde querían hacerlo los promotores», que buscaban suelos a bajo precio sin que la Administración tuviera en cuenta que el uso residencial podría suponer en el futuro una incompatibilidad con las industrias que ya estaban allí radicadas.

Desde la organización ecologista consideran que, puestos a buscar culpables, las empresas allí instaladas son las que menos la tienen, ya que estaban allí las primeras. Por su parte, «la concentración de colegios también responde a que buscaban suelos baratos», en una época en las que las cuestiones de sostenibilidad y la diferenciación de usos no se miraban con lupa como se hace ahora.

Para ver el resultado, sólo hay que darse un paseo por la calle Argualas. Junto con empresas metalúrgicas como Ebroacero o Mercier se levantan edificios de pisos, en un entorno que concentra un buen número de centros escolares, así como la mayoría de los clubes deportivos más importantes de Zaragoza: El Olivar, el Stadium Casablanca y el Stadium Venecia.

El Polígono Argualas cuenta también con centros de día para mayores, varias residencias, una iglesia y guarderías. Asimismo, están abiertos al público negocios como talleres mecánicos o proveedores de mercancías eléctricas. Es decir, un mix bastante atípico en el que pueden encontrarse incompatibilidades.

«YA LLEGAMOS TARDE»

¿La solución? «La planificación, pero ya llegamos tarde», señalan desde Ecologistas en Acción. Ahora que el problema ya está servido, la exigencia debe ser que se respeten escrupulosamente los procesos de adecuación de las empresas a la normativa relativa a sostenibilidad en áreas residenciales, y eso incluye tanto emisiones contaminantes como otros aspectos, como por ejemplo el ruido.

En ese sentido, HOY ARAGÓN también ha contactado con una de las industrias que están ubicadas en el polígono: Ebroacero. La compañía, fundada en 1963, se dedica a la fabricación de moldes, la fundición de metales, tratamientos térmicos, mecanización, etc. Como explican fuentes de la compañía, cuentan con el sello RSA de sostenibilidad (que se concede anualmente) desde 2019.

Asimismo, han realizado un proyecto para insonorizar las paredes que separan la fábrica de las zonas residenciales. Aseguran, asimismo, que cumplen con toda la normativa aplicable.