El fenómeno de las mobil homes o casas móviles es producto de una serie de ventajas que pueden ofrecer frente al mercado inmobiliario tradicional, pero como cualquier novedad también hay una dosis de debate frente a cómo encajar este tipo de elementos dentro del marco legal, tanto estatal como local. No se trata solo de que sean prefabricadas, sino que además, como su nombre indica, son transportables (cuentan con ruedas y pueden ser remolcadas con un camión), por lo que existe un vacío en la legislación estatal al tratarse de un bien que dificilmente puede considerarse un inmueble.

El hecho de que la casa se fabrique íntegramente de forma industrial y, posteriormente, se transporte a su ubicación, permite una diferencia de coste notable frente a las tradicionales viviendas. Hacerlo así es posible gracias a la evolución que han tenido tanto materiales como procesos constructivos, permitiendo aislamientos térmicos y acústicos elevados, y haciendo posible contar con un entorno confortable que puede ser equiparable a la de una vivienda normal.

Las mobil homes pueden contar con dimensiones variadas, grandes ventanales, porche, incluso varias plantas. Asimismo, el hecho de que la independencia energética sea a día de hoy factible gracias a los paneles fotovoltaicos, hace posible no tener que estar pendientes de contar con una acometida. Los fabricantes, conscientes de ello, suelen ofertar sus productos con este aspecto resuelto, e informan asimismo de dónde pueden o no pueden instalarse.

Las casas móviles pueden incluso tener varias plantas / Tiny-Houses

Y todo esto por precios (que pueden variar mucho dependiendo de dimensiones, materiales y equipamientos) que no van más allá de decenas de miles de euros (incluso menos). Además, en determinados casos, se benefician de un vacío legal a nivel estatal que provoca que la burocracia respecto a la necesidad de licencia de obras, cédula de habitabilidad, etc, se facilite. No obstante, es en este punto donde existe una gran desinformación que es necesario aclarar.

En primer lugar, una mobil home no necesariamente es considerada un bien mueble que puede instalarse en cualquier lugar. En este sentido, es muy importante asegurarse previamente de que la regulación municipal contempla o no este tipo de viviendas y con qué circunstancias pueden o no colocarse en un terreno.

EL CASO DE ZARAGOZA CAPITAL

En el caso de Zaragoza capital, el PGOUZ es meridianamente claro y considera vivienda a aquel elemento que tiene un uso residencial, «con independencia de la clase de suelo en que se sitúe, su tamaño y de su tipo, y con inclusión de las provisionales, desmontables y transportables» (Art. 2.7.3). Es decir, una mobil home en Zaragoza es considerada a todas luces una vivienda, y su tratamiento es como tal, lo que incluye los mismos trámites que una edificación para uso residencial, así como el pago de los impuestos pertinentes, fundamentalmente el IBI.

Como explican fuentes municipales del Área de Urbanismo: «una mobil home debe instalarse en suelo urbanizable y, en caso de no hacerlo, el propietario recibiría un requerimiento para su retirada». En caso de hacer oídos sordos, el segundo requerimiento ya comportaría multa, y el Consistorio puede llegar a retirarla por sus propios medios, haciéndose cargo el propietario de los gastos.

Cuestiones similares a esta se han vivido, por ejemplo, con la instalación de casas prefabricadas en huertos urbanos en suelo no urbanizable. Estos terrenos, si no hay una regulación especial, se rigen como suelo no urbanizable de huerta honda, que sólo permite una construcción para aperos que no puede superar los 5 metros cuadrados y una altura de 2,50 metros (es decir, no pueden tener alturas).

No obstante, este es el caso de Zaragoza, pero si se amplía el foco y se analiza el conjunto de Aragón, el panorama puede ser distinto dependiendo de cada municipio. Sobre todo en localidades pequeñas que no cuentan con regulación al respecto, es posible que una mobil home se sitúe en el vacío legal que impera a nivel estatal y, por tanto, no tenga la consideración de bien inmueble ni de vivienda, por el hecho de ser transportable.

MOBIL HOMES HECHAS EN MALPICA

En este sentido, HOY ARAGÓN ha hablado con la empresa Tiny-Houses, ubicada en el polígono de Malpica y dedicada a la fabricación de mini casas y casas móviles a medida. Disponen de más de 2.000 metros cuadrados de instalaciones e infraestructura para fabricar hasta 15 casas conjuntamente.

Al ser al gusto del cliente, pueden tener desde 15 metros cuadrados hasta 75. Fabrican todo en sus naves, incluido el remolque, que está homologado a nivel europeo. Como explican fuentes de la compañía, «no escatimamos respecto a los materiales, trabajamos con lo último del mercado respecto a aislantes térmicos reflexivos, y madera».

Las principales ventajas son los bajos costos de mantenimiento y, como indican, «es ideal para pasar tiempo en la naturaleza y ser independiente y autosuficiente». Recuerdan que, aunque por lo general tengan menos metros cuadrados que una vivienda convencional, «tienen las necesidades básicas cubiertas«, lo que se logra con mobiliario multifuncional, aprovechamiento de espacios de almacenamiento, etc, con la filosofía de «menos es más».

La compañía asesora a sus clientes sobre la ubicación y aseguran que gracias a su movilidad y autosuficiencia «permiten instalarse en cualquier lugar, como puede ser un suelo rústico». Respecto al vacío legal existente a nivel estatal, consideran que «debería regularizarse para una mayor comodidad para todos».

Como explican desde Tiny-Houses, ese vacío legal «permite que se puede instalar una casa prefabricada móvil en suelo rústico», dado que al disponer de chasis y ruedas «en principio están catalogadas como bienes muebles». De hecho, como desvelan desde la compañía, el 95% de las casas móviles que fabrican son instaladas en suelo no urbanizable.