Es una de las zonas más privilegiadas de Zaragoza, en pleno Coso, a la altura de la plaza de San Miguel, pero el recorrido que ha tenido el proyecto urbanístico solo puede tacharse de odisea, tanto para los distintos promotores, como para los compradores. No obstante, HOY ARAGÓN ha podido saber que este tortuoso camino de 13 años, en el que se han encadenado concursos de acreedores, litigios y descapitalizaciones, toca a su fin y está previsto que las obras continuen este mismo año, concretamente a partir del mes de abril.

Para conocer el origen del proyecto hay que remontarse a 2009, cuando se abrió la concesión de licencias. En concreto, la licencia para la parcela del Coso número 101 se concedió en 2011, a la promotora Grupo Artal. Sin embargo, la paralización de las obras debido a que se encontraron restos de la antigua muralla de la ciudad supuso la deriva del proyecto.

Finalmente, Grupo Artal entró en concurso de acreedores en 2018, motivo por el cual se subastó el proyecto. Se hizo con él una pequeña constructora, Leonardo Buildings, que se hizo cargo de la construcción y comercialización del edificio, dividido en 10 viviendas, 10 trasteros y un local comercial.

«Han pasado casi cinco años desde que compré el piso», señala una de las personas que invirtió su dinero en uno de los inmuebles. Había adelantado el primer pago, que suponía «entre 10% y el 15% del importe total», explica. El edificio empezó a levantarse en 2020 y, Supuestamente, el proyecto iba a estar culminado en dos años, pero «ya ni siquiera nos pidieron el segundo pago», explica.

Finalmente, los compradores recibieron un burofax donde la promotora explicaba que, debido a los sobrecostes originados por la pandemia y la guerra de Ucrania, no se podía llevar a cabo el proyecto según se había acordado. Asimismo, «nos dieron dos opciones: o renunciar o asumir un incremento de los precios», apunta.

En ese punto hubo vecinos que se plantaron y otros siguieron adelante con el proyecto. Los que decidieron renunciar, pudieron recuperar el dinero adelantado, signo de que la promotora siempre intentó obrar con la mayor profesionalidad.

LAS OBRAS SE REANUDAN

Esta situación, sin embargo, parece que se ha desbloqueado y finalmente va a llegar a buen puerto. El adminstrador de Leonardo Buildings, Luis Balaguer, ha anunciado a este diario que se ha llegado a un principio de acuerdo con Bankinter para que financie el proyecto y está previsto que las obras continuen a partir del 1 de abril de este mismo año.

Si todo sigue por la senda correcta, el edificio podría estar finalizado y los vecinos recibir las llaves «en abril de 2025«, apunta Balaguer. Consultado por las razones que hicieron que el proyecto se bloqueara, el administrador de Leonardo Buildings explica que los sobrecostes provocaron que, con una ejecución del 47%, se agotara el 100% de lo que se había presupuestado para toda la obra.

«Una vez comprado en el concurso, ya se retrasaron nuestras perspectivas debido a que estuvimos tres años de pleitos», explica Balaguer. Posteriormente, ya iniciadas las obras, sobrevino el problema de los sobrecostes y «al ser muy pequeñitos, nos dejó K.O.», señala. Del mismo modo, indica que Arquia, que financiaba la construcción, no les amplió el préstamo.

Gracias a la entrada de Bankinter y los acuerdos alcanzados con los compradores, la situación parece debloquearse. Ya hace dos semanas se retiraron los andamios que cubrían el edificio y, como se ha indicado, la idea es continuar con las obras a partir del 1 de abril. «Los promotores vamos a perder 100.000 euros», apunta el administrador, que han seguido adelante con la voluntad de salvar un proyecto que todo indica que finalmente va a salir adelante.