En diciembre de 2019, el PP y Ciudadanos tomaron una decisión jurídica para poner freno a las fórmulas histriónicas y fuera de lugar en la promesa o jura del cargo en el Congreso de los Diputados. Mediante un recurso al Tribunal Constitucional (TC), estos partidos cuestionaban que varios diputados hubieran jurado o prometido sus cargos y acatado la Constitución utilizando expresiones que no seguían las fórmulas convencionales.

A pesar de las fórmulas tan dispares que se escuchan en el hemiciclo, y así ha sido en la reciente constitución del Congreso en 2023, una sentencia del TC respalda la posibilidad de jurar o prometer un cargo parlamentario utilizando, por ejemplo, expresiones como «por la república catalana», «por imperativo legal» o gritando «vivan los trabajadores». Esta decisión del Constitucional establece que estas formas alternativas de acatar la Constitución también son válidas y no violan los derechos de otros diputados.

No es la primera vez que se ha planteado este debate, y no se limita solo al Congreso de los Diputados. En 2016, por ejemplo, Pablo Iglesias acató la Constitución pero prometió «trabajar para cambiarla», incluso utilizando lenguaje de signos. Diputados de partidos independentistas catalanes también asumieron la Carta Magna, pero lo hicieron afirmado «por imperativo legal» o prometiendo hacerlo en busca de la constitución de la «república catalana».

Casi cuatro años después, el Tribunal Constitucional ha zanjado la discusión al afirmar en una sentencia que estas formas alternativas de acatamiento y juramento o promesa del cargo parlamentario son igualmente válidas. Los magistrados, con algunas discrepancias en sus votos, explican que la decisión de la expresidenta del Congreso, Marichel Batet, de validar estos acatamientos no creó un «trato desigual» entre los diputados. Permitir estas expresiones, añaden, no afectó negativamente la capacidad de los demás diputados para ejercer sus funciones parlamentarias.

Precisamente, es en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) donde no se establece una fórmula específica obligatoria, tradicionalmente se ha utilizado una «fórmula tipo» que se repite en la mayoría de los casos. Esta fórmula es: «Juro (o prometo) por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de (cargo que se asume), con lealtad al Rey, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado».