La Unión Europea ha impulsado un cambio radical en la forma en que autónomos y empresas emiten facturas, marcando un hito hacia la digitalización total. A partir del 1 de julio de 2025, todas las facturas, independientemente de su formato, deberán incorporar un código QR, según el Real Decreto 1007/2023.

QR EN LAS FACTURAS

El código QR, conocido por su eficiencia en el almacenamiento de información, no solo simplificará los procesos administrativos, sino que también promete aumentar la transparencia y fortalecer el control fiscal. Al ser escaneado con dispositivos inteligentes, este código dirigirá a los usuarios a los detalles digitales específicos de la factura, asegurando la veracidad de los datos ante Hacienda.

Este cambio busca una verificación en tiempo real por parte tanto de la Agencia Tributaria, facilitando la detección de irregularidades y desafiando el fraude fiscal. Se espera que este sistema sea un golpe «definitivo» contra prácticas como la doble contabilidad, dificultando la ocultación de información relevante para el fisco.

Aunque la fecha límite para la adaptación es el 1 de julio de 2025, la transición requerirá tiempo, paciencia e inversiones en tecnología. Para evitar sanciones fiscales, se aconseja seguir dos pasos cruciales: estar atentos a las campañas informativas y recursos de apoyo de la Agencia Tributaria y elegir programas de facturación y contabilidad confiables que faciliten la incorporación automatizada de los códigos QR.

Sin embargo, este cambio no está exento de críticas. Aunque la mayoría de sectores han recibido bien la iniciativa, algunos expresan dudas sobre su eficacia y la seguridad de los datos compartidos.

LA AGENCIA TRIBUTARIA

El reto principal para la Agencia Tributaria será garantizar un entorno fiable y seguro. El propósito del QR es mejorar la digitalización y combatir el fraude fiscal, no revelar datos sensibles de autónomos y empresas. Además, se enfrentarán al desafío de facilitar la adaptación tecnológica de las pymes y establecer un itinerario para los negocios menos familiarizados con la tecnología. En cualquier caso, el código QR se convertirá en un requisito obligatorio para todos los tipos de facturas y negocios. Este cambio marca una nueva era en la facturación, un adiós a las facturas tradicionales y un paso hacia una mayor transparencia fiscal.