Evitar ver fotos de playas paradisíacas mientras trabajas en julio, no enterarse de con quién está de vacaciones un ex o ignorar las críticas hacia tu cantante favorito son solo algunas de las ventajas de identificar lo que te hace sentir mal y tomar medidas para evitarlo. En un mundo hiperconectado, las aplicaciones y redes sociales nos mantienen al día e interactuando, pero también pueden causar problemas al exponernos a información, personas o ideas perjudiciales. Aquí es donde entra en juego la herramienta de bloqueo, que permite filtrar comunicaciones e interacciones, ayudando al usuario a controlar su privacidad.

Al menos así lo dice algunos expertos, como la psicóloga de Ashley Madison, Lara Ferreiro. Esta experta defiende que el bloqueo es la primera norma de autorrespeto para evitar daños. Así, bloquear es una forma de autocuidado y para nada algo infantil.

El año pasado, Vivek Murthy, cirujano general de Estados Unidos, advirtió que aunque las redes sociales pueden ser beneficiosas, también conllevan altas posibilidades de dañar la salud mental. En junio, Murthy propuso una advertencia del cirujano general en las plataformas de redes sociales para alertar sobre los daños significativos a la salud mental de los adolescentes.

Un estudio de GfK DAM, publicado en junio, revela que los españoles pasan una media de 46 minutos al día en redes sociales. Sin embargo, esta cifra se dispara entre los jóvenes de la generación Z (nacidos entre 1994 y 2010), que pueden llegar a dedicar hasta 36 horas al mes a las redes, en comparación con las 10 horas y 10 minutos del resto. En estas redes, la toxicidad es abundante, generada por las interacciones humanas, según un estudio de la revista Nature que analizó 500 millones de mensajes en diversas plataformas durante 34 años.

Para evitar caer en espirales tóxicas, el bloqueo en redes y aplicaciones como WhatsApp puede ser muy útil si se usa adecuadamente, según los expertos. Es importante no usar el bloqueo como un arma para atacar a otros. Es fundamental bloquear de manera responsable para no herir al bloqueado, evitando así un reflejo de inmadurez emocional. «Bloquear para evitar conflictos puede parecer una solución rápida, pero debe ser algo meditado y calculado. Quien es bloqueado, si luego es desbloqueado, puede guardar resentimiento», explican los expertos.

El bloqueo es una herramienta de control que también establece límites, permitiendo a las personas decidir con quién interactuar y a quién mantener alejado. Cuando Elon Musk sugirió eliminar la opción de bloqueo en su red social X, muchos usuarios defendieron su derecho a bloquear para evitar ciertos mensajes. «Prohibir el bloqueo viola el derecho a la privacidad, ya que tenemos derecho a no exponernos a ciertos contenidos y personas», señaló un artículo del Prindle Institute for Ethics, subrayando que el bloqueo puede ser necesario para la seguridad y salud mental.

El bloqueo puede ser útil en diversos contextos, desde protegerse de ataques ideológicos hasta evitar el contacto con una expareja. El estudio The Facebook Paths to Happiness muestra que mantener contacto virtual con una expareja puede aumentar el deseo sexual y dificultar la recuperación tras una ruptura. Amy Chan, de Renew Breakup Bootcamp, recomienda bloquear el número y perfiles sociales de una expareja durante uno o dos meses tras la ruptura para facilitar la sanación. «Ver a la persona constantemente puede generar una falsa sensación de cercanía que no ayuda a romper el vínculo emocional», añade la psicóloga y sexóloga Arola Poch.

El bloqueo no siempre es definitivo, comenta Sergio Magán, consultor de Social Media. Puede ser una «válvula de escape» temporal hasta que pase una situación. Magán considera que es un avance tecnológico positivo que fomenta relaciones más saludables y una mejor experiencia digital. «Lo fundamental es proteger nuestro bienestar y usar estas herramientas cuando sea necesario», puntualiza.

Fátima Martínez López, especialista en marketing y redes sociales, señala que la generación Z está muy acostumbrada a bloquear, y mientras que el bloqueo en la vida real suele ser definitivo, el digital puede ser temporal. «Bloquear es bueno para evitar sentirse agredido. Silenciar también es una buena opción, ya que la otra persona no se entera y se evita el conflicto», asegura.

Es importante no autoengañarse tratando de ver la información bloqueada a través de cuentas falsas. «Bloquear aporta paz y es vital para la salud mental. No debemos sentirnos culpables por bloquear, ya que sirve para superar la adicción emocional», subraya la psicóloga Lara Ferreiro.