Hoy en día hay muchos alimentos a los que se le define como ‘superalimentos’ por la cantidad de beneficios que tienen su consumo. Otros son conocidos como ‘bombas antioxidantes’ o alimentos rejuvenecedores, pero la realidad es que la alimentación es un campo que no deja de sorprender. Teniendo en cuenta que cuanto más variada y saludable, mejor, si que hay algunos alimentos que suman mucho incorporándolos en nuestra alimentación diaria.

Es el caso de las moras y los arándanos, que comparten un alto poder antioxidante, lo que los convierte en excelentes aliados para combatir los radicales libres. Estos radicales, producidos por diversos factores, como la contaminación o una dieta inadecuada, provocan la oxidación y daño de las células, favoreciendo el desarrollo de enfermedades.

Las moras, ricas en antocianinas —el compuesto que les otorga su color característico— destacan por su potente capacidad antioxidante. Además esta fruta es una de las mayores fuentes de fibra, con un contenido de 5 gramos por cada 100 gramos de fruto, lo que las convierte en un alimento ideal para promover una buena salud digestiva. Su alto aporte de fibra las hace especialmente saciantes, ayudando a controlar el apetito.

Otro aspecto importante de las moras es su gran contenido en vitaminas C y D, fundamentales para reforzar el sistema inmunológico. Además, estas frutas contienen un bajo nivel de fructosa, lo que las hace recomendables para personas con intolerancia a este tipo de azúcar y para diabéticos.

BENEFICIOS DE LOS ARÁNDANOS

Por su parte, los arándanos, en especial los arándanos rojos, son conocidos por su capacidad para prevenir infecciones urinarias. Además, son ricos en polifenoles, compuestos que interactúan con la microbiota intestinal, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas mientras inhiben la proliferación de bacterias dañinas. Además son un gran alimento con poder antiinflamatorio.

Estas frutas pueden consumirse de diferentes maneras: frescas, congeladas o deshidratadas, y lo ideal sería incluirlas en la dieta entre cuatro y cinco días a la semana.

Ambas frutas destacan por su versatilidad a la hora de incorporarlas en la alimentación en cualquier momento del día, ya sea en desayuno con cereales tipo muesli, con yogures, solos, o en ensaladas frescas para darle un toque diferente. Sea como sea, es importante incluirlas regularmente para aprovechar sus múltiples beneficios, desde el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta la mejora de la salud digestiva y la prevención de enfermedades.