El cáncer, una de las enfermedades más temidas y complejas de nuestro tiempo, sigue siendo un desafío de salud pública global con un pronóstico alarmante: para 2050, se espera que los casos de cáncer en todo el mundo superen los 35 millones.

Esta proyección, elaborada por la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), refleja no solo el incremento en la prevalencia de esta enfermedad sino también las marcadas desigualdades entre países en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

LOS NUEVOS CASOS DE CÁNCER

Actualmente, cada año se diagnostican 20 millones de nuevos casos y se registran 9.7 millones de muertes por cáncer a nivel mundial, con 53.1 millones de personas viviendo cinco años después de haber sido diagnosticadas. La IARC anticipa que uno de cada cinco individuos desarrollará cáncer a lo largo de su vida, subrayando la magnitud del impacto de esta enfermedad en la sociedad.

Los cánceres de pulmón, mama, colorrectal y próstata se mantienen como los más comunes globalmente, representando una carga significativa tanto en términos de incidencia como de mortalidad.

En España, particularmente, se observa un incremento en la incidencia de cáncer de mama y una disminución en la de próstata, según Pablo Fernández Navarro del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III. Este cambio en las tasas de incidencia resalta la importancia de la vigilancia continua y el control del cáncer a nivel nacional e internacional.

El Observatorio Global del Cáncer destaca que diez tipos de cáncer representan dos tercios de todos los nuevos casos y muertes por esta causa, con el cáncer de pulmón liderando la lista, seguido por el cáncer de mama, colorrectal, de próstata y de estómago. La mortalidad asociada a estos cánceres es particularmente alta en regiones donde persisten factores de riesgo como el tabaquismo.

LA DISPARIDAD DEL CÁNCER ENTRE PAÍSES

La prevención del cáncer y el acceso al tratamiento presentan una disparidad alarmante entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Mientras que en los primeros, el diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama, por ejemplo, han avanzado significativamente, en los países menos desarrollados, las mujeres enfrentan mayores riesgos de morir debido al diagnóstico tardío y la falta de tratamientos adecuados.

La carga adicional que esto representará para los sistemas de salud requiere una acción coordinada a nivel global para mitigar las consecuencias y asegurar que los avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer sean accesibles para todos, independientemente de su ubicación geográfica o situación económica.

El aumento de la incidencia de cáncer está intrínsecamente relacionado con el crecimiento poblacional y las mejoras en la esperanza de vida. Sin embargo, la supervivencia depende crucialmente del diagnóstico precoz y de la disponibilidad de tratamientos efectivos.

Aunque se han logrado avances significativos en la lucha contra el cáncer, la creciente inequidad entre países pone de manifiesto la necesidad de abordar las neoplasias de manera más equitativa, reforzando la importancia de la prevención y el acceso universal a la atención médica de calidad.