Eran las nueve y media de la noche del pasado miércoles cuando la camarera de un conocido gastrobar en la calle Baltasar Gracián atendía a los clientes, entre ellos un grupo de jóvenes de 18 años de edad. Justo en la esquina de la barra, junto a las escaleras que conducen al baño, se apoyó en la barra un hombre que estaba solo. «No consumía, tan solo estaba cargando su teléfono móvil», explica el propietario del bar con quien ha podido hablar HOY ARAGÓN.

Nadie podía imaginar que minutos después se iba a producir una agresión sexual. «Antes de que entrase vi que una persona ebria estaba hablando con la policía. Los agentes se marcharon y el hombre entró en el local«, recuerda.

A este hostelero no le gustaba cómo este hombre miraba a la camarera y al resto de las clientes, así que intentó no perderlo de vista. «Tuve que bajar un momento a la cocina y entonces fue cuando volví a subir y la víctima me lo contó», cuenta al explicar cómo se enteró de que se había producido una agresión en su local.

Esta joven, una zaragozana de 18 años, algo alterada, le explicó al dueño del bar que el hombre que estaba sentado en la esquina le había tocado el culo justo cuando ella pasaba para ir a los servicios.

El presunto agresor seguía en el local y fue cuando el hostelero se acercó a él. «Yo ya había llamado antes a la policía porque estaba alterando la paz y molestaba a otros clientes. Le invité a marcharse y se resistía», cuenta.

Al conocer lo sucedido de manos de la víctima de esta presunta agresión, sacó al hombre del local y lo retuvo intentando que no se marchase hasta la llegada de una patrulla policial. «No se quiso sentar en la terraza y se fue. Fue entonces cuando lo seguí», cuenta el propietario del bar.

Mientras seguía al presunto agresor sexual de la chica estaba en contacto con la Policía Nacional, a quienes iba contando lo sucedido y explicando que estaba siguiendo autor de los hechos por la calle con la intención de no perderlo de vista y que de fuese posteriormente detenido.

«La policía estaba atenta a mis explicaciones hasta que les conté donde estaba este hombre», dice el hostelero zaragozano que situó al presunto agresor sexual a unos metros de su bar, en otro local al que acababa de entrar.

UNA SECUENCIA GRABADA POR LAS CÁMARAS DEL LOCAL

Minutos después llegaban al lugar varias patrullas policiales, entre ellas una de paisano. Estos últimos agentes fueron los que entraron en el local en el que se había refugiado el presunto agresor y consiguieron que saliese con ellos, momento en el que lo detuvieron como sospechoso de un delito de índole sexual.

Mientras, el hostelero volvió a su local donde se encontraba la víctima con un grupo de amigos para explicarle lo sucedido, que la persona que le había tocado las nalgas ya estaba detenida, e invitarle a que denunciara los hechos. Un suceso que ha sido grabado por las cámaras de seguridad del local, imágenes que ya están en manos de la policía.

La chica denunció y el hombre, de 29 años de edad, fue conducido a dependencias policiales donde pasó una noche en los calabozos. Según fuentes consultadas por este periódico digital, el presunto agresor sexual pasará a disposición del juez en las próximas horas.

Es la segunda agresión sexual denunciada en Zaragoza capital en los últimos cuatro días. Mientras, el dueño del bar de Baltasar Gracián, a la pregunta de cómo se siente, simplemente explica que hizo lo que tenía que hacer. «Lo habría hecho cualquiera. Nunca dejaría que en mi local se cometiesen abusos de ningún tipo», denuncia.