Una de las perjudicadas recibió una llamada en la que alguien le decía que era de una conocida empresa española y le preguntaba si acababa de hacer ocho pedidos a través de la aplicación. Tras decirle que desconocía el asunto y que no había comprado nada le colgaron. Había sido víctima de una estafa.

Instantes después llamó a Atención al cliente de esta empresa para comunicar lo sucedido, informándole éstos que acababan de realizarse 8 pedidos por valor de 3.368,81 euros en total, y la persona afectada solicitó la cancelación de los mismos. Por seguridad, también le cancelaron la tarjeta asociada a las compras.

Esta persona, una de las estafadas y denunciante, aseguró posteriormente a la Policía Nacional que nunca había perdido su tarjeta de compras de la conocida empresa española. En otra de las denuncias, el titular de la tarjeta explicó que se encontraba en su domicilio cuando ha recibido dos correos electrónicos con compras en esta empresa nacional, de un patinete eléctrico y una consola.

De nuevo contó que él no había realizado estas compras, que llegaban a costar casi setecientos euros. Llamó a la citada empresa para parar el envío y le dijeron que formulase la correspondiente denuncia.

Son solo dos ejemplos de personas presuntamente estafadas por una banda criminal. Hablamos de más de cuatro mil folios en una Instrucción larga con decenas de denuncias y tres personas detenidas, además de una decena de investigados, algunos de ellas representadas por los abogados Luis Ángel Marcen y Carmen Sánchez. Una banda criminal muy bien organizada que se dedicaba a estafar a personas de manera aleatoria por toda España.

Todos los investigados, según el informe policial al que ha tenido acceso HOY ARAGÓN, forman parte de un entramado en el que E.D.D. y A.S.C., dos de los investigados, realizaban presuntamente las compras masivas de carácter fraudulento.

Consistía en hacer unos pedidos a través de internet con los datos obtenidos de los clientes de esta empresa y ordenaban que estos pedidos fueran dirigidos a las distintas direcciones, donde otras personas, a cambio de algún tipo de remuneración, se encargaban de su recogida, para luego entregárselos a los cabecillas del entramado.

Los pedidos se realizaban online utilizando para ello los números de las tarjetas de esta empresa española, que se encuentran asociadas a las cuentas bancarias de los clientes que nada sabían de dichos pedidos.

Utilizaban identidades supuestas o aportadas por terceras personas, y daban número de teléfono para contactar con los repartidores y domicilios donde, o bien se entregan los efectos o, en otros casos los autores quedan con el repartidor en la calle con cualquier escusa, donde se realiza la entrega.

MÁS DE 500 PRODUCTOS PEDIDOS Y ENVIADOS

La empresa española se ha presentado como denunciante al considerarse el perjudicado final ya que es «quien ha entregado la mercancía en los diferentes domicilios y, posteriormente, no ha realizado el cargo del importe de las operaciones a los clientes».

Además, explican en la denuncia los representantes legales de esta empresa, que los clientes, que interpusieron inicialmente las denuncias al comprobar los pedidos realizados sin su consentimiento, no tuvieron que abonar dichos pedidos.

El perjuicio total, según la información judicial del caso, de la empresa a la que compraban los productos asciende más de treinta mil euros, correspondiente a la suma del perjuicio por todos los pedidos de todas las denuncias y atestados de los procedimientos acumulados por la compra de 510 productos.

Todos están acusados de los delitos de estafa y pertenencia a grupo criminal. La mayor parte de los investigados por este caso han quedado en libertad con cargos a la espera de juicio y muchos cuentan ya con antecedentes policiales.