No era la primera vez que habían detectado a ladrones dentro de su comercio. Lo que dejó sorprendidos a estos comerciantes de Zaragoza fue la reacción del último que cazaron ‘in fraganti’.

Sucedió a plena luz del día mientras atendían a su clientela. A través de las cámaras de seguridad que ven directamente en unos monitores descubrieron a un hombre con actitud sospechosa.

Estaba dando vueltas en torno a la zona de las botellas de alcohol y mirando a su alrededor constantemente. El dueño del local optó por no quitarle los ojos de encima y descubrió sus verdaderas intenciones.

El hombre se metió una botella bajo la ropa e intentó hacer lo mismo con otra que había cogido estirando el brazo hasta la última estantería. En ese momento, los tenderos, de origen asiático, le recriminaron la acción pidiéndole lo que había robado.

La mujer del propietario llegó incluso a salir de la tienda y perseguirle unos metros hasta que consiguió su objetivo. El presunto ladrón entregó a la dueña las botellas y se marchó del lugar.

BOTES DE CRISTAL LLENOS DE LEGUMBRES

Parecía que todo había terminado y la mujer volvió al mostrador tras dejar las botellas para atender a otros clientes. En ese momento pasaba un hombre por la calle empujando un carrito de bebé cuando el presunto ladrón volvió a la tienda.

Llevaba varios botes de cristal en las manos llenos de legumbres. Acto seguido los lanzó desde la calle al mostrador donde se encontraba la mujer que le había impedido cometer el robo de las botellas.

Los botes estallaron muy cerca de la dueña del establecimiento llenado el suelo de legumbres y cristales. La mujer, estupefacta, intentó avisar a la policía pero el presunto autor del hecho salió corriendo y desapareció.

Han interpuesto una denuncia y confiesan que tienen miedo de que regrese. Todavía no entienden cómo un ladrón, lejos de avergonzarse al ser ‘cazado’, intentó agredirles por haber evitado que les robase.