Era uno de los numerosos trenes regionales que sale de Zaragoza con dirección Pamplona parando en muchos de los principales pueblos entre Aragón y Navarra.

Inicialmente los pasajeros ya tuvieron que esperar.» Salía a la una pero con motivo de las fiestas del Pilar se retrasó y llegó a las 13:17″, explica Paula, nombre ficticio ya que nos ha pedido que no revelemos su identidad.

«Todos estábamos esperando al tren en la vía para su llegada y para subir y ya llegó lleno», recuerda esta joven del tren en el que llegaron a montarse 400 viajeros.

«Mientras esperábamos estos diez amigos de origen marroquí de unos 17 años estaban peleando o jugando de manera violenta y hablaban en árabe», añade,.

«Nos subimos al tren todos y ellos se pusieron en la parte de atrás de mi mismo vagón. Yo me senté y hasta la parada de Pedrola no había pasado nada«, añade. Fue a partir de aquí cuando comenzaron unos problemas que algunos, como Paula, intuían.

«Al pasar Pedrola estos diez individuos se acercaron a unos asientos dos metros delante mía y empezaron a colgarse haciendo dominadas delante de todos», comenta Paula. Incluso la joven recuerda que uno de los viajeros les dijo: que tuvieran respeto, que era un tren público, pero no hicieron caso.

Posteriormente, explica la joven, se acercaron a dos mujeres colgándose de las barras y poniendo sus genitales a la altura de sus caras y éstas se levantaron asustadas. «Comenzaron a hacer referencias a Palestina y a Hamas y entonces varios pasajeros llamaron a la seguridad del tren», dice Paula.

«Se dirigieron a la persona de seguridad en árabe y este les dijo a ver si no sabían español; al final hablaron en español y le dijeron, burlándose, que sabían nuestro idioma desde los 6 meses».

En ese momento, la persona de seguridad les preguntó a dónde iban y dijeron que a Tudela, momento en el que les comunicó que se tenían que bajar en la parada que nos encontrábamos, que era Gallur.

«Al no querer bajar, la persona de seguridad llamó a la policía, el tren se detuvo y estuvimos retenidos una hora», dice esta joven pasajera.

«LOS MÁS MAYORES EMPEZARON A REZAR»

Uno de estos chicos llegó incluso a amenazar al resto de los pasajeros. «Este chico, mientras la persona de seguridad llamaba a la policía, gritaba que si él no podía viajar no iba a poder viajar nadie«, añade Paula.

El chico bajó del tren voluntariamente y llegó la guardia civil. «En total tres coches y seis guardias. También llegó una ambulancia, ya que a una mujer le dio un ataque de ansiedad», recuerda. 

Debido a este incidente, el tren regional llegó con una hora de retraso a su destino. Fue un momento tenso, reconoce Paula. «Los pasajeros del tren estábamos muy asustados, incluso las personas más mayores rezaban y se santiguaban. Realmente todos lo pasamos muy mal.», se sincera