A veces la realidad supera a la ficción y el mejor ejemplo de ello es lo que le sucedió a G.C.C. el pasado jueves en Zaragoza. Esa misma tarde su pareja le denunció por malos tratos y él acabó poniendo una denuncia como víctima de un robo violento. Todo sucedió en apenas unas horas.

Esta historia comienza cuando una patrulla de la Policía Nacional es requerida por varios clientes de un bar de la capital aragonesa ya que hay un hombre que está amenazando a su pareja y profiriendo gritos en plena calle.

Al llegar, los agentes se encuentran con G.C.C., visiblemente alterado y con una actitud violenta hacia su pareja y el resto de los clientes del local. Los policías le detienen por un presunto delito de malos tratos y por amenazas ya que, según testigos, había proferido frases como «te arrepentirás de esto» y «te voy a matar»·

Finalmente se lo llevan en un vehículo oficial a dependencias policiales para tomarle declaración y con la intención de que pase retenido unas horas en el calabozo. Concretamente acaba ingresando en el pre calabozo de la Comisaría del Actur.

Hasta aquí se trataría de una historia de detención por violencia de género en Zaragoza, como otras que ya se han denunciado en HOY ARAGÓN. Sin embargo, esta historia comienza en este preciso momento.

El detenido entra en el pre calabozo sobre la 1:30 horas de la madrugada y en la misma celda se encuentra a otros tres detenidos, varones, que en ese momento están, según declaración de G.C.C., «profiriendo gritos y lanzando patatas contra la puerta del habitáculo».

El hombre se sentó en el suelo, junto a la puerta, intimidado por los hechos que acababa de presenciar, cuando uno de los tres sujetos que estaban alterando el orden dentro del calabozo se le acercó y comenzó a importunarle. «¡Déjame tranquilo! Yo estoy aquí ingresado como vosotros. ¡Dejadme en paz!», le dijo.

este hombre se volvió con los otros dos y durante unos minutos no sucedió nada, pero al cabo de un rato, otro de los sujetos, descrito por el último detenido, ahora víctima, como un hombre «con chándal de color claro y poco pelo», se le acercó y comenzó a mirarle, como si estuviera examinándole.

UN ROBO VIOLENTO EN DEPENDENCIAS POLICIALES

Tras mirar si llevaba algo encima y ver lo que tenía puesto, tanto al cuello como en sus muñecas, le agarró de las manos y estiró para quitarle dos pulseras con la bandera española que llevaba puestas aquella noche en la muñeca del brazo derecho.

Mientras se las arrancaba le decía «sois unos traidores llevando esta mierda». El hombre declaró después ante los policías que tuvieron que presentarse alertados por los gritos de la víctima que se sintió intimidado y violentado por aquellos «compañeros de celda».

La intimidación llegó después del robo violento cuando le dijeron que no comentara nada a los policías y que «se callase la boca». Tras estos hechos, los agentes recuperaron las pulseras robadas y se las devolvieron a su dueño.

Robos en dependencias policiales que, en ocasiones se dan pero no son muy habituales. Ahora el protagonista de esta historia, defendido por Luis Ángel Marcen y Carmen Sánchez, se enfrenta a una pena por delito de malos tratos a su pareja y, al mismo tiempo, es víctima de un delito y ha denunciado por ser objeto de un robo con violencia a sus compañeros de calabozo.

Los propios policías que le estaban custodiando en la Comisaría del Actur en Zaragoza tomaron la declaración del detenido como víctima y los otros hombres que le acompañaban se enfrentan a un nuevo delito.