En la madrugada de este domingo, alrededor de las 5:15 horas, efectivos de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza acudieron al municipio de Mozota para rescatar a una pareja que se encontraba en una situación de emergencia. Los acampados, una persona de 50 años y otra de 42, despertaron alarmados al descubrir que el agua del río Huerva había inundado su furgoneta, dejándolos atrapados en el vehículo.

La pareja había decidido acampar en la ribera del Huerva, sin prever que la crecida del río durante la noche pondría en peligro su seguridad. Al percatarse de la inundación, inmediatamente solicitaron ayuda de los servicios de emergencia.

Los Bomberos, entre los cuales se encontraban buceadores especializados, se desplazaron rápidamente hasta Mozota, a unos 25 kilómetros de Zaragoza capital, y lograron rescatarlos sin que se reportaran lesiones graves.

Este incidente es solo uno de los muchos desafíos que los Bomberos de Zaragoza han enfrentado en las últimas horas. La pasada noche y madrugada del sábado, las fuertes rachas de viento y la intensa lluvia que azotaron la capital aragonesa y sus alrededores provocaron más de una veintena de salidas de emergencia. Los bomberos tuvieron que intervenir en diversos puntos de la ciudad y localidades cercanas debido a la caída de árboles y ramas.

Las zonas más afectadas en Zaragoza incluyeron el céntrico paseo de la Constitución, Cesáreo Alierta, las avenidas de Cataluña y del Compromiso de Caspe, y distintas áreas de Valdespartera. Además, se recibieron avisos desde los barrios de Santa Isabel y Casetas, así como de la localidad de Utebo, solicitando ayuda por problemas similares.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el viento alcanzó rachas de hasta 77 km/h en el aeropuerto de Garrapinillos a las 19:30 del sábado. Otras localidades de la provincia, como Calatayud y Quinto, también experimentaron vientos fuertes, con rachas de hasta 73 km/h.

La jornada de trabajo de los Bomberos de Zaragoza ha sido ardua, enfrentando tanto rescates como labores de saneamiento e inspección de edificios debido a la caída de cascotes y otros elementos. Su rápida respuesta y profesionalismo han sido cruciales para garantizar la seguridad de los ciudadanos en medio de las condiciones meteorológicas adversas.