Conducir por carreteras, especialmente en zonas montañosas o rurales, demanda precauciones adicionales debido a la presencia de animales salvajes que, sin previo aviso, pueden cruzar la calzada, provocando accidentes a menudo graves. Además de la atención al volante, la adopción de pequeños dispositivos emisores de ultrasonidos son una valiosa ayuda en la prevención de colisiones con estos «usuarios» no invitados de las vías.

La instalación de estos dispositivos, fácil y rápida, apenas requiere 5 minutos y puede marcar la diferencia en la seguridad vial. Emiten sonidos audibles solo para animales capaces de captar frecuencias muy altas, generando molestias que los impulsan a alejarse, reduciendo así el riesgo de accidentes. Esta medida proactiva se vuelve esencial en situaciones donde un simple sonido estridente podría evitar accidentes con ciervos, corzos, liebres u otros animales.

VARIOS MODELOS PARA EVITAR ACCIDENTES

Existen diversos modelos en el mercado, desde los económicos con orificios que generan un silbido hasta los más avanzados que emiten sonidos controlables por Bluetooth. Aunque los primeros rondan los 5 o 6 euros en tiendas en línea, los más sofisticados pueden representar una inversión más considerable.

La correcta instalación juega un papel crucial en su eficacia, requiriendo una ubicación estratégica para permitir un flujo de aire óptimo. Colocados en la parte lisa del retrovisor o en la aleta delantera del vehículo, estos dispositivos se fijan con facilidad para evitar accidentes. El mantenimiento es una inversión mínima para el potencial beneficio que ofrecen en términos de seguridad vial.

Al adoptar estas medidas preventivas, los conductores pueden contribuir significativamente a la reducción de accidentes causados por encuentros inesperados con la fauna silvestre.