Cada día, la naturaleza traza su curso con una precisión que suele escapar a la percepción humana. Las Islas Canarias, ese paradisíaco archipiélago de origen volcánico, no son ajenas a este proceso.

Según expertos que participaron en el pódcast ‘Despierta tu curiosidad’ de National Geographic, el futuro de estas islas está marcado por la geología y, aunque aún distante, será inevitable.

La erupción del volcán de Cabeza de Vaca en La Palma, ocurrida hace un año y medio, no solo dejó consecuencias palpables en la vida cotidiana de sus habitantes y la economía insular, sino que también puso de relieve una característica geológica de relevancia: el «punto caliente de Canarias».

Bajo la superficie de este archipiélago, situado en la placa tectónica africana, existe un reservorio de magma enriquecido con gases y metales pesados, que ocasionalmente asciende y da origen a nuevas erupciones volcánicas, como la mencionada en La Palma.

Los especialistas no solo arrojaron luz sobre este fenómeno sino que también se aventuraron a predecir el destino de las islas.

Según sus cálculos, Lanzarote y Fuerteventura, siendo las más antiguas del archipiélago (con unos 20 millones de años a sus espaldas), serían las primeras en desaparecer.

La erosión que han sufrido a lo largo de los milenios hace que su resistencia sea menor en comparación con las islas más jóvenes. Se estima que Fuerteventura podría desaparecer en 100.000 años, mientras que Lanzarote resistiría unos 200.000 años.

Por otro lado, las islas de Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro poseen una composición rocosa más resistente debido a su juventud relativa, por lo que su existencia se extendería mucho más allá del tiempo calculado para sus vecinas más antiguas.

Aunque los plazos mencionados puedan parecer extensos desde la perspectiva humana, en términos geológicos son apenas un suspiro.

La naturaleza tiene su propio ritmo y, si bien estos cálculos no generan una alarma inmediata, sí nos recuerdan la impermanencia de todo.