En un giro audaz, McDonald’s ha revelado planes para transformar su icónica hamburguesa, el Big Mac, con más de 50 cambios en su receta y presentación. La compañía líder de comida rápida busca mejorar la calidad de sus productos y procesos en todo el mundo.

El punto central de esta renovación es la introducción de un panecillo brioche totalmente nuevo, diseñado para retener más calor durante la cocción. Este cambio se ha implementado como prueba piloto en diversas regiones, marcando el inicio de una serie de ajustes que se extenderán globalmente a partir de 2024.

Además, McDonald’s está colaborando estrechamente con proveedores para modificar el proceso de deshidratación de cebollas, permitiendo que estas se agreguen a las hamburguesas durante la cocción. Estos esfuerzos combinados buscan elevar la calidad de los ingredientes y mejorar la experiencia gastronómica para los clientes.

El jefe de menú global de McDonald’s, Chris Young, subrayó la importancia de este cambio, destacando la rareza de una transformación tan integral en el sistema. «Queremos incorporar calidad en el lugar donde nos encontramos», afirmó Young, indicando que la empresa está comprometida con ofrecer sabores excepcionales junto con eficiencia.

Otros cambios notables incluyen un queso más derretido y un mejor dorado de las hamburguesas. Estas mejoras están diseñadas para brindar a los clientes una experiencia culinaria renovada y sabores mejorados. Experimentos piloto ya están en marcha en la Costa Oeste de Estados Unidos, Australia y otros países, sirviendo como preludio de la transformación que llegará a todos los restaurantes de McDonald’s a nivel mundial en 2024.

McDonald’s ha anunciado una revolución culinaria, apostando por una mejora sustancial en la calidad de sus productos emblemáticos. Este cambio, según la compañía, marcará un hito en su historia y transformará la manera en que presentan sus hamburguesas a los clientes de todo el mundo.