Pocos lugares hay en Zaragoza con la magia que desprende el atelier de la diseñadora Martha Peters. Techos altos, molduras, lámparas antiguas, papeles pintados, espejos dorados, plantas que invaden el espacio y un encantador aire bucólico reciben a las novias que acuden hasta este atelier que transmite una agradable sensación de paz.

Martha Peters es de los grandes nombres dentro del mundo del diseño de trajes de novias de la capital aragonesa. Hasta su encantador y bucólico atelier de la calle Zurita vienen novias no solo de Zaragoza… Más de la mitad de sus clientas vienen desde Madrid, Huesca, Navarra, La Rioja o Valencia… En estos 11 años de vida del atelier, han venido novias incluso desde Sevilla. Su carácter, dulce y afable, junto al estilo que plasma en sus diseños está detrás del éxito de una carrera que comenzó muy joven.

«Desde muy pequeña me ha gustado el mundo de la moda , mi sueño era diseñar. Siempre digo que pasé de ser princesa a ser diseñadora de moda. Desde niña me gustaba mirar y recortar revistas de moda, dibujaba vestidos y complementos… Después cursé los estudios superiores de Diseño de Moda, y con 20 años, ya vendía mis diseños con mi propia firma en tiendas de Barcelona y Zaragoza».

En aquella época, Martha diseñaba ropa muy variada, desde vestidos a tops. Pero sin duda, su prenda estrella fueron los corsés, diseñados con tejidos brocados y llenos de puntillas. «Era la prenda por la que venía todo el mundo, la que me pedían para hacer desfiles… Hacía más cosas, pero todos me conocían por los corsés».

A raíz de ahí, sus clientas habituales comenzaron a pedirle que diseñara sus trajes de novia. Y su propia evolución, o quizás el destino, hizo que saltara al mundo nupcial y acabara especializándose en trajes de novia. Una actividad que ocupa en la actualidad el 100% de su carrera profesional, creando vestidos que tienen un estilo romántico, dulce, campestre y un toque bucólico.

Los diseños de Martha son pura artesanía hecha a mano, desde que dibuja los primeros bocetos, hasta que puntada tras puntada, cose los vestidos «Cada vestido es único, son diseños para cada novia. Los vestidos de las colecciones no son para repetirlos… Son la base para empezar a trabajar con cada novia, para compartir en redes, para ver cómo reaccionan los tejidos, probar detalles, puntillas, y que luego las novias puedan probarse algo cuando vienen aquí…. Pero no son vestidos para repetir, no hay dos vestidos iguales, cada uno tiene diferentes cortes y textura, y se van cambiando cosas, Cada vestido tiene algo que es solo de ellas».

La diseñadora, en su taller / HA

A la hora de diseñar, Martha se inspira en las telas que utiliza para crear los vestidos que meses después lucirán sus novias. «No sigo modas ni tendencias. Cuando veo un tejido, una tela, me apetece probar cosas nuevas, imaginar cómo aplicarlas, probar nuevos patrones, cosas que nunca he hecho… Y eso me lleva a evolucionar, siempre dentro de mi estilo. En mis colecciones sigo siempre la misma línea, que es la que me gusta, aunque siempre introduzco cosas nuevas. Me gusta visitar tiendas de antigüedades para comprar puntillas antiguas aplicaciones, porque hay novias que buscan algo con una historia detrás. «.

Dentro de ese proceso de creación de nuevas colecciones, a Martha le gusta probarse los prototipos. «Cuando diseñas, pones el vestido en el maniquí, pero no tienen vida. Así que me los pruebo y me miro en el espejo para ver cómo me quedan. Entonces, me digo, con este me casaría, o con este no… Y entonces sigo, o hago cambios… Al final, el vestido va evolucionando desde que hago los primeros bocetos hasta que finalizo la colección».

En el showroom las novias se prueban los vestidos / HA

Normalmente, Martha lanza una colección nupcial cada año con nuevos vestidos. Pero este año será una excepción, ya que la diseñadora va a ser mamá por segunda vez. Y eso le ha llevado a decidir no crear una nueva colección para poder atender a las novias que ya tiene en agenda y poder entregar los vestidos antes de dar a luz.

Evidentemente, ese segundo embarazo está llevando a Martha a organizarse para conciliar y mantener el ritmo de trabajo. «Intento organizarme mucho y concentrar las pruebas para sacar el trabajo adelante y poder disfrutar también del pequeño. Y siempre con la ayuda de Marcos, porque sin él, no podría sacar todo adelante, y por supuesto, de la ayuda de sus padres y de mis padres, que se quedan siempre con el peque cuando tenemos pruebas».

El embarazo le ha llevado a reducir el número el cupo de vestidos que hace cada año. En estos momentos, está recibiendo novias para 2025 hasta el mes de julio. «Y cuando lleguemos al cupo máximo, cerraremos la agenda para empezar a trabajar en los vestidos y poder a atender a las novias de forma personalizada».