Playas paradisiacas, calas, montañas, pueblos llenos de encanto, ruinas griegas y romanas… A tan solo cuatro horas de Zaragoza tenemos un destino de ensueño: la Costa Brava. Esta zona de la provincia de Girona es más que un destino vacacional.
Es una forma de ver la vida que permite al tiempo detenerse y recuperar los veranos de antes, en los que no había prisa y parecía que las vacaciones eran eternas gracias a esa mezcla de paisajes que se funde con el mar que ha atrapado a tantos artistas a lo largo de la historia dando lugar a una zona con una personalidad única.
CADAQUÉS
Para comenzar, si vas a disfrutar de la Costa Brava, no puedes dejar de visitar Cadaqués. Este encantador pueblo, situado en plena península del Cabo de Creus, está lleno de callejuelas empedradas que conforman un entramado urbano de casas blancas de inspiración mediterránea. Su rocoso litoral está salpicado de bellas playas y recoletas playas ideales para disfrutar del verano. Entre sus imprescindibles, visitar la Casa-Museo de Salvador Dalí.
EL CAP DE CREUS
Cerca de Cadaqués tenemos el Parque Natural del Cap de Creus. El primer parque marítimo terrestre del país sorprende por las formas caprichosas que la tramuntana ha ido creando en las rocas y acantilados que enmarcan las pequeñas calas de piedra. En este parque está el segundo faro de Cataluña, con 87 metros de alto. Además de ser un lugar único para disfrutar de la naturaleza, debes saber que en esta zona ha inspirado a grandes genio como Salvador Dalí, o que fue el lugar de rodaje de El Faro del fin del mundo, con Kirk Douglas.
TOSSA DE MAR
La visita a Tossa de Mar es un imprescindible si pasas unos días por la Costa Brava. La vista de su castillo (y en particular de sus murallas) se ha convertido en uno de los iconos de este antiguo pueblo de pescadores que en la actualidad es uno de los destinos turísticos más conocidos de la zona. No hay que dejar de visitar Vila Vella (el centro medieval de la villa), la iglesia de San Vicente, el Faro de Tossa de Mar. Si hablamos de playas, en el pueblo encontrarás varias, aunque la Playa Grande impresiona por la imagen que ofrece con el castillo de fondo.
PORT DE LA SELVA
Este es uno de los pueblos pesqueros más bonitos de toda la Costa Brava. Entre sus atractivos, destaca el Monasterio de Sant Pere de Rodes (además de admirar su parte patrimonial, desde el monasterio podrás disfrutar de unas hermosas vistas de la bahía). También merece la pena visita el Castillo de Sant Salvador de Verdera, y por supuesto, sus playas, como paraísos como la playa de la Tamariua, o Cala Serena.
L’ESCALA Y LAS RUINAS DE AMPURIAS
La Costa Brava fue habitada desde tiempo inmemorial, pasando por aquí las principales civilizaciones mediterráneas. Y si te gusta la arqueología y la historia y te conoces al dedillo la historia del Teatro Romano de Zaragoza no puedes dejar de visitar las ruinas de Ampurias, o Empúries en catalán. Esta ciudad fue la puerta de entrada de la cultura griega y romana en la Península Ibérica. Entre las ruinas de estas dos culturas, destacan los mosaicos de las viejas mansiones, el foro romano, o una escultura del dios griego de la medicina: Asclepio.
PERATALLADA
En medio del Empordà y a pocos kilómetros de las mejores calas y playas de la Costa Brava, surge Peratallada. Un encantador pueblo que conserva su aspecto medieval gracias a sus calles estrechas y tortuosas, o al castillo-palacio que domina la localidad. En su entramado urbano podrás descubrir cómo es la artesanos de la zona, además de comer bien en cualquiera de los restaurantes que salpican el pueblo.
PERALADA
Esta localidad de la Costa Brava es conocido por atractivos como su campo de golf, por sus bodegas para saborear el cava catalán, o por su castillo: una fortaleza con dos torres, murallas almenadas y unos jardines con árboles centenarios que alberga el casino y el icónico Festival Internacional de Música de Peralada. Durante la visita a este pueblo no hay que dejar de visitar el Centro cultural Doménec situado en el Claustre de Sant Domeneç, monumento románico del siglo XIII, el museo del Vidrio” (con más de 2.500 obras de arte de vidrio).
PALS
Este pequeño pueblo es otra de las localidades que mejor han sabido conservar su pasado medieval. En la visita a este lugar no puedes dejar de conocer la torre románica de les Hores, los restos del castillo junto con su muralla, además de la iglesia y las construcciones con sabor a medioevo. El mirador de Josep Pla te permitirá divisar las Illes Medes, una reserva natural conformada por distintas islas e islotes. Y tampoco puedes dejar de probar el arroz cultivado en este pueblo: en Pals hay unos estupendos arrozales.
FIGUERES
Si te apasiona la obra de Salvador Dalí, tampoco puedes dejar de conocer Figueras/Figueres. En este precioso pueblo nació este artista, y en él se puede visitar el Teatro-Museo Dalí. Tampoco te olvides de visitar el rico patrimonio de esta localidad, con sus viejas murallas medievales o el castillo de Ferran.