La huella de carbono es un indicador que mide las emisiones de gases de efecto invernadero que genera una empresa por su actividad. Estas emisiones contribuyen al cambio climático y tienen un impacto negativo en el medio ambiente y la sociedad. Por eso, cada vez más empresas se comprometen a calcular, reducir y compensar su huella de carbono, siguiendo las recomendaciones y normativas de organismos internacionales y nacionales.

La huella de carbono de las empresas se puede calcular siguiendo diferentes metodologías y estándares, como el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, la norma ISO 14064 o la norma UNE-EN 16258. El cálculo se basa en la medición de las emisiones directas e indirectas de la empresa, que se clasifican en tres alcances.

CÓMO CLASIFICAR LAS EMISIONES

El alcance 1 son las emisiones directas de fuentes que son propiedad o están controladas por la empresa, como el consumo de combustibles fósiles, los procesos industriales o la generación de electricidad propia.

El alcance 2 se refiere a las emisiones indirectas asociadas al consumo de electricidad, calor o vapor adquiridos a terceros. Por último, el alcance 3 son las emisiones indirectas que se producen en la cadena de valor de la empresa, como el transporte de materias primas o productos, los viajes de negocios, los residuos o el uso de los productos o servicios por parte de los clientes.

Una vez calculada la huella de carbono, la empresa puede establecer objetivos y planes de acción para reducirla, aplicando medidas de eficiencia energética, uso de energías renovables, optimización de procesos, movilidad sostenible, etc. En todos estos casos es donde empresas como Araenergy pueden ayudarte.

Además, la empresa puede compensar las emisiones que no puede evitar, invirtiendo en proyectos que generen beneficios ambientales y sociales, como la reforestación, la protección de la biodiversidad o el desarrollo de comunidades locales.

La huella de carbono de las empresas tiene una gran relevancia en el ámbito de la responsabilidad social y la normativa ambiental. Por un lado, la huella de carbono permite a la empresa demostrar su compromiso con la sostenibilidad, mejorar su imagen y reputación, aumentar su competitividad y satisfacer las demandas de sus grupos de interés.

Por otro lado, la huella de carbono ayuda a la empresa a cumplir con la legislación vigente y anticiparse a los futuros requisitos que se puedan establecer en materia de cambio climático y transición energética.

En España, la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, establece que el registro de la huella de carbono será obligatorio para las empresas que facturen más de 10 millones de euros al año o que tengan 50 o más empleados en las Islas Baleares. Además, la ley prevé incentivos fiscales, económicos y de contratación pública para las empresas que calculen, reduzcan y compensen su huella de carbono.

En conclusión, la huella de carbono de las empresas es una herramienta clave para medir, gestionar y comunicar el impacto ambiental de su actividad, así como para asumir su responsabilidad social y normativa frente al desafío del cambio climático.