En medio de la vorágine política de la España de 1891, un fenómeno natural extraordinario eclipsó la agenda nacional. Una ola de frío que congeló el río Ebro, paralizó ciudades y desafió la noción del clima en la península ibérica. Este episodio histórico, documentado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), arroja luz sobre la capacidad del clima para sorprender y desafiar nuestras expectativas.

¿EL EBRO CONGELADO?

La intensidad del frío se hizo sentir desde noviembre de 1890 hasta enero de 1891, alcanzando su punto álgido en enero, durante las primeras elecciones generales bajo sufragio universal masculino en la Restauración. Los termómetros registraron mínimas nunca antes vistas en muchas capitales españolas, como Segovia, Teruel, Pamplona y Albacete, siendo la primera vez que se da un hecho tan surrealista como que el río Ebro quedó totalmente congelado.

Pero el frío no se limitó a España; todo el continente europeo fue testigo de la furia de este invierno excepcional. El río Sena en París quedó congelado, transformando la ciudad en un paisaje surrealista. En Inglaterra, los ríos también se solidificaron, permitiendo que carruajes tirados por caballos cruzaran el Támesis congelado en Oxford.

UN INVIERNO ÚNICO

La crónica de aquel invierno gélido, a parte del inusual caso del Ebro, no estaría completa sin mencionar los efectos devastadores que dejó a su paso. Las inundaciones resultantes del rápido deshielo posterior al episodio de frío causaron estragos en numerosas localidades españolas, como Alcoy en Alicante.

Este evento meteorológico sin precedentes plantea preguntas sobre la naturaleza cambiante del clima y su capacidad para sorprendernos. Aunque los científicos veían el enfriamiento del planeta como un fenómeno inevitable, hoy en día estamos más preocupados por el calentamiento global y sus impactos.

La historia de la ola de frío de 1891 nos recuerda la importancia de entender y respetar la complejidad del clima. ¿Podría un evento similar ocurrir en la actualidad? Solo el tiempo y la ciencia lo dirán.