España, tierra de historia y legado monumental, alberga un vasto número de castillos que encierran innumerables historias y misterios. Se estima que España podría ser hogar de hasta 20.000 de estas fortalezas, sin embargo, solo se han contabilizado alrededor de 10.000 hasta hoy. Entre estas majestuosas estructuras, algunas se yerguen en remotos parajes, añadiendo un aura de misterio y belleza que encanta a los visitantes.

Una de las joyas menos conocidas, se encuentra en una isla aragonesa desconocida para muchos, donde un castillo se alza sobre aguas cristalinas. Pero la influencia de los españoles en la construcción de castillos no se limita a las fronteras del país. Un ejemplo notable es el Castello Aragonese, ubicado en el islote de Isquia, en el Golfo de Nápoles.

EL CASTELLO ARAGONESE

El Castello Aragonese, una maravilla arquitectónica construida hace aproximadamente 300 años tras una erupción volcánica y se alza a 113 metros sobre el mar. Sin embargo, su singularidad no reside solo en su ubicación, sino también en el túnel que lo conecta con tierra firme. Este túnel, construido por Alfonso V de Aragón, es una obra maestra que añade un toque de intriga a la experiencia de visitar el castillo.

EL CASTILLO Y EL IMPERIO ESPAÑOL

La historia del Castello Aragonese se entrelaza con la expansión de los aragoneses, cuando en el siglo XV, tras la invasión de Nápoles, el monarca español ordenó la reforma y ampliación del castillo preexistente, además de la construcción del túnel que aún hoy fascina a quienes lo recorren.

Con una longitud de aproximadamente 220 metros, este túnel no solo sirve como acceso al castillo, sino que también conduce a otras residencias, antiguas cárceles y exuberantes jardines que añaden profundidad a la experiencia del visitante.

En la actualidad, el Castello Aragonese ha sido objeto de reformas que buscan mejorar su accesibilidad y conservación. La instalación de un ascensor a finales del siglo XX ha facilitado el acceso al castillo, permitiendo a los visitantes disfrutar de vistas panorámicas que alcanzan los 60 metros sobre el nivel del mar.

El legado de los castillos españoles se extiende más allá de las fronteras del país, recordándonos la influencia y la grandeza de su historia.