Galicia, tierra de maravillas naturales, deslumbra con su riqueza paisajística. Entre sus tesoros destaca Ézaro, una pequeña parroquia en Dumbría que alberga una alegría singular: la única cascada de Europa que se vierte directamente en el océano Atlántico.

ÉZARO

Con una impresionante altura de 40 metros, la Fervenza do Ézaro se erige como un icono más allá de las fronteras gallegas. Su esplendor alcanza su máximo esplendor después de las lluvias, revelando una majestuosidad que deja sin aliento. Durante los meses estivales y en fechas especiales, la cascada se ilumina de manera única, creando un espectáculo visual inolvidable.

Para llegar a este tesoro natural, basta con dirigirse a la parroquia coruñesa de Dumbría. Un trayecto accesible para todos, con pasarelas de madera que conducen a la cascada en poco más de un kilómetro. Desde familias hasta personas con movilidad reducida, todos pueden disfrutar de esta pequeña ruta que revela la grandeza de la naturaleza.

Antes de convertirse en la imponente cascada, el río Xallas se ve contenido en cuatro embalses: A Fervenza, A Ponte Oliveira, Castrelo y Santa Uxía. Este proceso previo añade un toque de misterio y anticipación al encuentro con la Fervenza do Ézaro.

ENCANTOS NATURALES

Ézaro no solo se limita a su cascada; el lugar esconde otros encantos naturales. Desde su hermosa playa hasta el mirador que ofrece una panorámica impresionante de la desembocadura del río Xallas y sus alrededores. Un consejo valioso para quienes visitan la zona es acercarse al mirador, accesible en coche, para absorber la magnificencia del entorno.

Si aún no has explorado este rincón único de Galicia, Ézaro te espera con su cascada que se entrega al Atlántico, ofreciendo una experiencia natural que perdura en la memoria de quienes tienen la suerte de contemplarla.