La comarca del Matarraña es una comarca para redescubrir los placeres de la vida. Olvidarse del tiempo, reconectar con la naturaleza, con la lectura, con el silencio, con largos paseos… Es una comarca para disfrutar de pueblos auténticos y con una arquitectura única, de parajes naturales como el Parrizal que son capaces de dejarnos sin habla, y de una cocina de siempre que han sabido poner en valor de nuevo reinterpretándola y utilizando alimentos de kilómetro cero.

El Matarraña lo tiene todo para convertirse en el destino perfecto para este verano. Incluyendo, por supuesto, fantásticos hoteles instalados en viejos molinos de aceite, en antiguas estaciones o en antiguas masías. Ese es el caso del Hotel Torre del Marqués. Un hotel cinco estrellas situado en Fuentespalda, en el corazón de la comarca.

La finca de Torre del Marqués aparece por primera vez en la historia de la mano del Cid Campeador, cuando en el año 1090 esta figura mítica de la historia y la literatura española vence al Conde de Barcelona Berenger Ramón II en la batalla del Pinar de Tévar. Numerosos historiadores han estudiado esta batalla, y creen que el monte Tévar es la actual Punta Molinera. Y esta ubicación coindice con la parte no boscosa de la finca Torre del Marqués.

El hotel tiene dos piscinas, una en el exterior, y otra en el interior / Torre del Marqués

UN HOTEL SITUADO EN UNA ANTIGUA MASÍA

Más allá de Rodrigo Díaz de Vivar, y de esa batalla que recoge el Cantar de Mío Cid, el Hotel Torre del Marqués tiene su origen en la casa solariega que la familia de la Torre construyó en 1702, en los terrenos que obtuvieron de manos del rey de Aragón Alfonso II “El casto”, tras la reconquista de estas tierras por los cristianos después del asalto de la plaza musulmana de Caspe.

Tras la Guerra de Secesión, la torre tuvo que ser reconstruida, sufriendo distintas reformas con el paso de los años. Y ese edificio es la base del actual hotel, restaurado con materiales biosostenibles y de kilómetro 0 para aprovechar la zona.

El hotel cuenta con 18 habitaciones de distintas categorías / Torre del Marqués

Como resultado de esa restauración, hay un encantador hotel boutique de 18 habitaciones de diferentes categorías, además de una espectacular villa situada a 8 minutos del edificio principal. Las habitaciones, diseñadas para disfrutar de una escapada entre montañas, olivares y viñedos, destacan por esa mezcla de aire rústico y minimalista, con paredes de piedra, vigas de madera, colores neutros y cálidos, además de una cuidada mezcla de texturas con telas y alfombras de esparto.

El hotel también cuenta con un moderno spa con una piscina cuyas aguas proceden de un manantial, además de sauna, baño turco, salas de tratamiento y una piscina exterior climatizada. Para completar la oferta del hotel, en la Torre del Marqués se encuentra el restaurante Atalaya del Tastavins.

Un restaurante que reinterpreta la cocina local de una forma creativa utilizando alimentos de cercanía y donde es posible comer los platos de la carta o sus menús de degustación con vistas al Valle del Tastavins gracias a sus paredes acristaladas. También es posible comer en otros espacios al aire libre, como la terraza campo de almendros, en la terraza lámina de agua o en la terraza Torre del Marqués.

Parte del producto que utilizan lo producen ellos mismos, en dos huertos ecológicos, uno de verano, y otro de invierno, para tener verduras y hortalizas durante buena parte del año. Y lo que no producen en la propia finca, lo obtienen de proveedores locales que trabajan cultivos sostenibles y que se esfuerzan por mantener variedades locales con pequeñas explotaciones de temporada.

Dentro de la finca también retomaron el cultivo de viñedos, plantados hace cincuenta años e introdujeron nuevas variedades autóctonas con las que elaboran varios vinos en su propia bodega de vinificación ecológica, que pueden ser degustados en el restaurante. E incluso han comenzado a recuperar su olivar, obteniendo AOVE de las variedades Empeltre y Picual.