Aragón, tierra de impresionantes paisajes y sorpresas naturales, esconde joyas que cautivan a los amantes del senderismo y la exploración. Más allá de los Pirineos, la comunidad ofrece una variedad de entornos, desde desfiladeros vertiginosos hasta frondosos bosques, que atraen a visitantes de toda España. Entre estas maravillas, Teruel se erige como un destino imprescindible, revelando su fascinante Sima de San Pedro, un tesoro único en Europa.

SIMA DE SAN PEDRO

Ubicada en Oliete, en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, la Sima de San Pedro es un espectáculo geológico de origen kárstico, con dimensiones asombrosas: 80 metros de diámetro, 86 metros de profundidad y un lago interior que añade otros 22 metros a la vista. Esta formación no solo sorprende por su tamaño, sino también por su ecosistema diverso, albergando más de 25 especies de vertebrados.

CÓMO LLEGAR

Alcanzar la sima desde Oliete es un viaje sencillo, siguiendo una pista de 2.5 kilómetros que se puede recorrer en coche o a pie. Una vez allí, la magnificencia del paisaje árido contrasta con la exuberancia del oasis que esconde la sima, una experiencia que deja sin aliento a quienes la descubren.

OLIETE

Oliete, el pueblo que custodia esta maravilla natural, añade encanto a la visita con sus calles empedradas y casas de piedra que evocan tiempos pasados. Su iglesia del siglo XVIII y las pinturas de Alejandro Cañada son solo una muestra del rico patrimonio cultural que alberga. Además, como parte del Parque Cultural del Río Martín, ofrece oportunidades para explorar tanto la naturaleza como la historia, con senderos como el GR-262 y sitios arqueológicos como el asentamiento fortificado de San Pedro de los Griegos.

Para aquellos que deseen disfrutar de la cocina local después de la aventura, Oliete ofrece opciones como el Bar Restaurante Piscina Oliete, Casa Bareta, y El Rincón del Olivo, donde se puede saborear la auténtica gastronomía de la región.

QUÉ VER CERCA DE LA SIMA DE SAN PEDRO

Pero la magia de Teruel no se limita a Oliete. En sus alrededores, se encuentran otros destinos igualmente encantadores, como el Castillo de Peracense y el pueblo medieval de Albarracín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Estos lugares transportan a los visitantes a épocas pasadas, con sus fortificaciones imponentes y calles empedradas llenas de historia.

Además, la región ofrece una amplia gama de actividades al aire libre, como escalada, ciclismo de montaña y observación de aves, que permiten a los visitantes sumergirse por completo en la naturaleza virgen de Aragón.

La Sima de San Pedro y el encanto de Oliete representan solo una muestra de los tesoros naturales y culturales que Aragón tiene para ofrecer. Un destino que invita a explorar, descubrir y dejarse sorprender por la belleza única de esta región española.

EL CASTILLO DE PERACENSE

Teruel, como Juego de Tronos, tiene su propia fortaleza roja. Se trata del castillo de Peracense, localidad de la comarca del Jiloca donde en el siglo XIII se levantó una construcción para defenderse de Castilla. El castillo está en plena roca y destaca por el color rojo del rodeno, una piedra arcillosa propia de la zona. Hasta allí se puede subir desde el casco urbano, tanto a pie como en coche.

ALBARRACÍN

La joya de la corona de los pueblos de Teruel con más turismo es Albarracín. Simplemente pasear por sus calles ya es un espectáculo. El municipio conserva la distribución medieval, las casas de piedra o las calles estrechas. Para comer, hay varios restaurantes de toda la vida, con menús del día a precios razonables y comida casera. Es uno de los siete municipios turolenses que forman parte de la lista de Pueblos más Bonitos de España.