A mitad de camino entre Jaca y las estaciones de esquí del Valle del Aragón, y al pie de la Collarada, está Villanúa. Esta localidad del Pirineo Aragonés presenta una rica y variada oferta turística gracias al patrimonio natural que le rodea y al encanto de su casco histórico.

El río Aragón parte en dos este municipio. A un lado, se encuentra la carretera que comunica Jaca con Canfranc y Francia, a torno a la cual han surgido las nuevas urbanizaciones. Al otro lado, nos encontramos con un casco histórico que ha conservado el encanto de los pueblos pirenaicos.

La arquitectura tradicional pirenaica marca el ambiente de esta localidad / Ayuntamiento de Villanúa

En su entramado urbano, y rodeado de prados, todavía pueden verse viejas casonas de arquitectura pirenaica con sus muros de piedra y sus tejados de teja, losa o pizarra. En muchas de esas casonas todavía pueden contemplarse en su fachada los escudos familiares.

Entre el caserío destaca la iglesia de San Esteban, donde se guardan tallas medievales y retablos barrocos. El templo tiene orígenes románicos, aunque ha vivido grandes transformaciones posteriormente. En el siglo XVIII fue sometido a una reforma integral que configuró su imagen actual.

Sobre este viaducto circula el canfranero / Turismo Jacetania

Cerca de Villanúa también podemos encontrarnos con el viaducto de Cenarbe, una impresionante obra arquitectónica que se construyó para la línea internacional Zaragoza-Canfranc-Pau, y que sorprende por su tamaño en mitad del valle. Tampoco podemos perdernos el conjunto dolménico de Villanúa. Formado por tres dólmenes ubicados en un radio de 7km, son conocidos entre los más completos de los aragoneses.

Villanúa también está atravesada por una vía de comunicación histórica, el Camino de Santiago que baja desde el puerto del Somport. Y precisamente, desde este camino que sigue la margen izquierda del río Aragón, podemos encontrar uno de los grandes tesoros naturales de esta localidad pirenaica: la Gruta de las Güixas.

Esta espectacular formación geológica se formó en el Cuaternario (hace entre 25.000 y 30.000 años), ya servía de refugio a los hombres en tiempos prehistóricos y cuentan las leyendas que las brujas celebraban sus aquelarres. Y de ahí viene su nombre, las Güixas.

Para conocer Las Güixas hay visitas guiadas / Turismo Villanúa

El macizo de Collarada es visible desde cualquier punto del término municipal de Villanúa. Está principalmente constituido por calizas cuya disolución generada por el agua ha originado un modelado kárstico. Sin duda, la cumbre más representativa del macizo es el pico Collarada, con 2.886 metros de altitud.

Además, hay otros dosmiles como Colladareta (2.729 m), Somola Occidental (2.669 m), Somola Alta (2692 m), El Portán (2.607 m), Somola Baja (2.574 m), Punta Espata (2.205 m), Bacún Norte (2191 m), Punta Bacún (2.114 m) y Pico de la Lera (2.132 m).

La vegetación de alta montaña se presenta de manera escalonada. Conforme se asciende por el macizo de Collarada las formaciones boscosas de pinos y abetos se sustituyen por arbustos, praderas de hierba baja y, en zonas de mayor altura, musgo.

Respecto a los animales más avistados en el macizo, destacan el quebrantahuesos, el buitre leonado, la rana pirenaica, varias especies de murciélagos, o la perdiz pardilla. También pueden observarse tritones pirenaicos, milanos, petirrojos, armiños o treparriscos.