Legrad, un pequeño pueblo en el norte de Croacia con una población de más de 2.000 habitantes, está lidiando con los efectos de la despoblación rural. A pesar de haber sido un centro poblacional en el pasado, en la actualidad enfrenta una disminución en el número de residentes.

Ubicado en la confluencia de los ríos Mura y Drava, cerca de la frontera con Hungría, Legrad ha experimentado una reducción significativa en su población: en 1960 vivían más de 5.000 personas, en el año 2000 alrededor de 2.800, y actualmente algo más de 2.000.

Para contrarrestar esta tendencia, el pueblo ha implementado una estrategia única: regalar casas a familias jóvenes por un precio simbólico de 30 céntimos. Esta iniciativa, que comenzó hace cinco años con resultados alentadores, se reactiva ahora, según indica el presidente del municipio, Ivan Sabolic.

Desde el inicio de esta propuesta en 2018, más de medio centenar de nuevas familias se han trasladado a Legrad, sumando un total de 120 nuevos residentes. La medida ha tenido un impacto positivo en la revitalización de la población y ha proporcionado una solución a la escasez de viviendas para los jóvenes.

Para aprovechar esta oportunidad, las parejas interesadas deben cumplir con ciertos requisitos, como no superar los 45 años, carecer de antecedentes penales y no poseer otra propiedad. Se da preferencia a aquellos que planean trabajar en profesiones locales y a quienes tienen hijos pequeños. Además, el municipio ofrece subvenciones para la renovación de las casas.

Consciente de la importancia de esta iniciativa, Sabolic insta a otros pueblos en la misma situación en Croacia a adoptar medidas similares. Destaca que cada vez más jóvenes en el país enfrentan dificultades para adquirir viviendas, y esta propuesta no solo beneficia a las familias jóvenes, sino que también aborda el problema más amplio de la despoblación rural.