En pleno curso y con la rutina diaria en marcha, muchos hogares españoles recurren a los táperes para planificar comidas, almacenar el menú semanal y anticipar cenas. Sin embargo, al abrir el cajón del congelador, se descubre el desorden geométrico de estos recipientes, todos distintos y difíciles de aprovechar eficientemente.

La diversidad de formas y tamaños de los taperes suele ser un desafío logístico en las cocinas españolas. Desde redondos obtenidos en restaurantes chinos hasta cuadrados comprados a buen precio en el supermercado, la falta de uniformidad dificulta el almacenamiento óptimo, especialmente en el cajón del congelador.

La clave para mantener el orden radica en una adquisición inteligente de tuppers que se ajustan geométricamente al espacio disponible. Antes de comprar nuevos, es esencial revisar y descartar aquellos que ya no son útiles, ya sea por roturas o desgaste.

La pregunta de cómo almacenarlos surge, y aquí es donde entra en juego la creatividad. Algunos optan por guardar cada táper con su tapa, mientras que otros prefieren juntar todas las tapas y apilar los táperes como muñecas rusas. Sin embargo, esta última opción puede volverse ineficaz si las formas son muy diferentes.

Para resolver el dilema de las tapas, una solución práctica es utilizar escurridores de platos. Estos permiten organizarlas ordenadamente y tenerlas al alcance fácilmente. En casos de espacio limitado, se pueden emplear cestas tipo revistero en el interior de los armarios, asegurándolas con ganchos adhesivos o tornillos para mayor estabilidad.

Otras ideas incluyen el uso de cajas de tela para organizar taperes por tamaño y reservar una cesta específica para las tapas. Los táperes anidados, como los Joseph Nest Lock, ofrecen una opción eficiente al apilarse uno dentro del otro, optimizando el espacio ocupado.

En una tendencia más reciente, algunos prefieren adquirir tuppers sin tapa y utilizar tapas de silicona flexibles que se ajustan a diferentes tamaños. También se sugiere forrar la base de un cajón con una estructura modular para mantener los tuppers ordenados y evitar que se desplacen.

En conclusión, organizar los tuppers en la cocina requiere ingenio y planificación. Al elegir tapas de forma estratégica y adoptar métodos creativos para almacenar y clasificar las tapas, se puede lograr un espacio ordenado y eficiente para satisfacer las necesidades culinarias diarias.