San Jorge es uno de los santos más populares en todo el mundo, pero en España, en particular en Aragón, su figura tiene una importancia especial. Cada 23 de abril, se celebra el Día de San Jorge, el patrón de Aragón, una fecha de gran relevancia cultural, ya que también es el día del libro, y religiosa. Pero, ¿por qué San Jorge es el patrón de Aragón?
La historia de San Jorge y su relación con Aragón se remonta al siglo XIII, durante la reconquista de España. Se dice que en una de las batallas, San Jorge apareció en el campo de la batalla de Alcoraz para ayudar a las tropas cristianas en la conquista de Huesca y, gracias a su intervención, lograron la victoria. Desde entonces, San Jorge se convirtió en un símbolo de la lucha contra los musulmanes y su imagen se propagó por toda la región. La conquista de Huesca por el rey Pedro I de Aragón en el año 1096 es uno de los hechos más importantes. Con ella desapareció Wasqa, la Huesca musulmana, después de cuatro siglos de existencia, y nació una nueva ciudad, integrada en el reino de Aragón y la civilización cristiana occidental.
La toma de Huesca era la primera gran conquista del joven reino pirenaico de Aragón en su expansión hacia el sur, por lo que no es extraño que en los siglos siguientes surgieran en torno a ella distintas tradiciones y leyendas. A finales del siglo XIII, el rey Pedro II de Aragón declaró oficialmente a San Jorge como patrón de la región, en reconocimiento a su intervención en la batalla y como protector de la fe cristiana. Desde entonces, la figura de San Jorge se ha mantenido muy presente en Aragón y es un símbolo de la identidad regional.
La leyenda de la aparición de San Jorge en la batalla de Alcoraz se conmemora en Huesca en la ermita de San Jorge, situada en el cerro del mismo nombre. En él había una iglesia dedicada al santo ya en el siglo XIII. La ermita actual, que sustituyó a esta, se construyó en el año 1554. El Ayuntamiento de Huesca acude a ella desde hace siglos para celebrar, cada 23 de abril, la fiesta de San Jorge.
En contexto, Jorge fue un soldado de Capadocia al servicio del emperador romano Diocleciano que murió mártir por no querer renunciar a su fe cristiana. Años después de su muerte fue canonizado y su atractiva historia lo convirtió en un paladín del imaginario medieval europeo, protector de caballeros y soldados, cruzados y templarios. Su historia se difundió por toda Europa en cuestión de décadas.
Por ello, la figura de San Jorge llegó a Aragón y desde entonces es especialmente importante en la ciudad de Zaragoza, la capital de Aragón, donde se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, uno de los lugares de peregrinación más importantes de España. La basílica también cuenta con una capilla dedicada a San Jorge, donde se encuentra una reliquia de su brazo, que es objeto de gran devoción por parte de los fieles.
Pero la importancia de San Jorge en Aragón no se limita solo al ámbito religioso. Su figura ha sido utilizada en diversas ocasiones en actos institucionales como un símbolo de la identidad aragonesa y de la lucha contra la opresión. De hecho, durante la Guerra de la Independencia Española, los aragoneses adoptaron la imagen de San Jorge como símbolo de su resistencia contra el ejército francés.
En conclusión, San Jorge es el patrón de Aragón gracias a su papel en la reconquista y como símbolo de la lucha contra los musulmanes. Su figura es muy apreciada en la región por su valor religioso, cultural e histórico, y sigue siendo un símbolo importante de la identidad aragonesa.