Abre bien los ojos: la naturaleza ha esculpido un fascinante paisaje bajo tierra en nuestro Aragón. Entre Somport y Jaca, en pleno Camino de Santiago, se encuentra la Cueva de las Güixas en Villanúa, Huesca. Esta gruta, con más de veinticinco mil años de antigüedad, alberga columnas, coladas, gours, estalactitas, estalagmitas y hasta una misteriosa chimenea.

CUEVAS EN ARAGÓN

Pero la magia subterránea no se detiene ahí. En Tella, también en Huesca, se encuentra la Cueva del Oso Cavernario, un yacimiento con treinta mil años de historia. Este lugar, situado a 1.600 metros de altitud, en las inmediaciones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, guarda restos de los enormes osos cavernarios que una vez hibernaron en sus entrañas.

Más al sur, en Molinos, Teruel, las Grutas de Cristal despliegan sus formaciones espectaculares. Declarada Monumento Natural, esta cavidad fascina con estalactitas, estalagmitas, columnas, cascadas y cortinas. Además, la Gruta de los Cristales y la Sala Marina revelan secretos que datan de millones de años atrás.

En Aldehuela de Liestos, Zaragoza, se encuentra la Gruta del Romeral, una pequeña localidad que esconde una verdadera alegría subterránea. Esta cueva, iluminada para el disfrute de los visitantes, ofrece un recorrido de alrededor de un kilómetro adornado por estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas, transportando a los exploradores a un mundo natural subterráneo.

RUTAS CON SOPRESA

La Cueva del Recuenco, en Ejulve, Teruel, se presenta como un desafío para los amantes de la espeleología. Con sus 1.085 metros de recorrido, este laberinto combina espacios amplios con pasajes estrechos, llevando a los aventureros a través de lugares como la sala de los macarrones y la del huevo frito.

En Fuentespalda, Teruel, la Coveta del Aigua guarda a los intrépidos tras una emocionante experiencia en tirolina. Esta cueva, situada en el corazón del Matarraña, no ofrece solo estalactitas y estalagmitas, sino también una energía especial, ya que se encuentra en la ruta de una línea telúrica que nace en la montaña sagrada de Santa Bárbara de La Fresneda.

Finalmente, la Gruta de las Maravillas en Ibdes, Zaragoza, nos sumerge en un espectáculo subterráneo formado hace más de 50.000 años. Con dos galerías que despliegan estalagmitas y estalactitas, este lugar se complementa con la cercana cascada de la Paradera y la ermita-cueva dedicada a la Virgen de la Soledad.

En Aragón, las profundidades revelan tesoros naturales que invitan a explorar las maravillosas cuevas que yacen bajo nuestros pies.