El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha visitado hoy la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, para sorpresa de las decenas de zaragozanos y de visitantes en la capital aragonesa que paseaban por la zona.
El líder del Partido Popular ha clausurado hoy la Convención Nacional sobre Familia y Conciliación en Zaragoza y ha querido aprovechar la oportunidad de acercarse a la emblemática plaza del Pilar y pasear por la céntrica zona comercial de la calle Alfonso.
UN PASEO CON SABOR ELECTORAL
Tras su intervención en la clausura del acto político, el presidente se ha trasladado al centro de Zaragoza, acompañado por el vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP, Javier Maroto, la ministra de Sanidad, Dolors Monserrat, y representantes de la formación a nivel regional, provincial y municipal.
Rajoy ha comenzado su visita en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, donde se ha acercado a la figura de ‘la Pilarica’ y ha conocido la historia de los «Infanticos del Pilar«, los niños que cantan en la misa diaria y que acompañan a otros pequeños visitantes en el tradicional paso por el Manto de la Virgen.
Cada movimiento hecho por Rajoy durante esta visita ha sido seguido muy de cerca por decenas de zaragozanos y de turistas, que se han acercado con sus teléfonos móviles para fotografiarse con el presidente, que ha atendido a todos sus seguidores.
Decenas de fotos, ‘selfies’ y vídeos en un paseo de poco más de cuarenta y cinco minutos que ha suscitado el interés de muchos curiosos y seguidores, que se han unido al seguimiento de los medios de comunicación y del amplio dispositivo de seguridad.
Además de Maroto y Monserrat, Rajoy ha estado acompañado por el presidente del PP en Aragón, Luis María Beamonte; el líder provincial del PP en Zaragoza, Javier Campoy, la secretaria general del PP de Aragón, Mar Vaquero; el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza, Jorge Azcón; y una representación de los concejales populares en el consistorio zaragozano.
Apretones de mano, besos, algún que otro autógrafo, aplausos y una pequeña libreta como regalo de una espontánea han sido algunas de las muestras de afecto que ha recibido el presidente, a las que se ha sumado en este breve paseo el grito de un vecino desde su balcón, que ha pedido a Rajoy «que se acuerde de las pensiones«.