El Pirineo aragonés está experimentando una de las fases más intensas de nevadas de los últimos tiempos, recibiendo en los primeros días de marzo cantidades de nieve que compensan no solo la presente temporada sino también la anterior.

Con previsiones que indican que la nieve continuará cayendo la próxima semana, tras un breve interludio, el panorama para los aficionados al esquí y el turismo invernal no podría ser más prometedor.

FORMIGAL, CASI 2,50 METROS DE ESPESOR NIEVE

La estación de esquí de Formigal, una de las más beneficiadas por este fenómeno, ha visto cómo su espesor máximo de nieve pasaba de 90 cm el 25 de febrero a 235 cm este domingo 3 de marzo. Este impresionante incremento, resultado de aproximadamente dos metros de nieve acumulada desde el inicio de este ciclo de borrascas, asegura unas condiciones óptimas para la práctica del esquí de cara a la Semana Santa, dentro de tres semanas.

La llegada tardía de estas nevadas, si bien coincide con la recta final de la temporada invernal, brinda una oportunidad inmejorable para extender la actividad de las estaciones de esquí y garantizar el disfrute de los deportes de invierno durante el período vacacional. La expectativa de un retorno de las precipitaciones en forma de nieve a partir de este jueves añade aún más entusiasmo a la situación.

CORTES Y AFECCIONES DE CARRETERAS

El Gobierno de Aragón, a través de su servicio de Carreteras, ha tomado medidas preventivas cerrando temporalmente tramos afectados por las acumulaciones de nieve. Uno de los casos más notorios es el cierre del tramo de cinco kilómetros de la A-2606 que conduce al Balneario de Panticosa, en el Valle de Tena, programado hasta la mañana del lunes para facilitar las labores de limpieza y asegurar la seguridad vial ante el temporal.

El Balneario de Panticosa, que registraba una ocupación prácticamente total para este fin de semana, ha tenido que informar a sus huéspedes de la situación, recomendando a quienes decidieran permanecer en el hotel que no podrían abandonar las instalaciones hasta el lunes. Esta situación subraya el impacto de las nevadas no solo en las actividades recreativas sino también en la logística y la planificación de los viajeros.

Mientras tanto, la carretera N-330 a la altura de Candanchú permanece cerrada por acumulación de nieve, y aunque el acceso a Astún ha sido afectado por una avalancha, ya ha sido reabierto al tráfico, evidenciando la rápida respuesta de los servicios de emergencia y mantenimiento frente a estos desafíos climáticos.

Este episodio de abundantes nevadas en el Pirineo aragonés ilustra la dinámica y a veces impredecible naturaleza del clima de montaña, al tiempo que ofrece una ventana de oportunidad para los amantes de la nieve y el esquí.