El Seminario de Huesca, fundado en 1580, se encuentra en una encrucijada. Después de permanecer cerrado y sin uso durante más de dos décadas, este edificio emblemático se enfrenta a un futuro incierto, atrapado en un laberinto judicial y en un avanzado estado de deterioro. La próxima reunión de trabajo, programada para el 10 de abril, buscará el destino final de este inmueble que comparte propiedad entre el Ayuntamiento de Huesca y la Universidad de Zaragoza.

El complejo, con 8.000 metros cuadrados habitables, ha sido objeto de disputa durante los últimos cinco años, marcados por un proyecto del anterior equipo de gobierno que aspiraba a transformar parte del espacio para uso universitario. De esta superficie, 1.500 metros cuadrados pertenecen a la Universidad de Zaragoza, mientras que el resto es propiedad municipal.

LA EVOLUCIÓN DEL PROYECTO

Inicialmente, la rehabilitación del Seminario fue presupuestada en 14 millones de euros, un proyecto que aspiraba a ser financiado por fondos europeos pero que «lamentablemente se perdieron», ha explicado la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna. Y es que tras la oposición de entidades patrimonialistas y vecinales al proyecto en aquel entonces impidió que pudiera solicitarse esta financiación. Ahora, cinco años después, el costo actual del proyecto ascendería a 20 millones de euros.

«Sólo la financiación de la cubierta, de 3.000 metros cuadrados, supondría un costo de más de 1,3 millones de euros, y ahora mismo es una de las actuaciones prioritarias para evitar un mayor deterioro», explica la alcaldesa.

El proyecto del antiguo equipo de gobierno incluía la liberación de espacios para adecuar el Seminario a aulas para la Universidad de Zaragoza así como el posible traslado del vicerrectorado. Espacios como una capilla, un aula magna, una biblioteca de fondos históricos, salas de estudio para todo el estudiantado de Huesca o incluso una residencia de estudiantes. Actualmente, esta intervención podría ayudar a ampliar espacio para los estudiantes del grado de Medicina, que a partir del próximo curso empieza a impartirse de forma completa en el a campus oscense. “La realidad es que Huesca necesita esos espacios: Tenemos una Universidad que se nos está quedando pequeña afortunadamente, porque eso significa que crece, pero tenemos que tener en cuenta los usos y los espacios», añade Orduna.

A la reunión del próximo 10 de abril están convocados el Colectivo Ciudadano de Huesca, la asociación Osce Biella, APUDEPA y la Federación de Barrios Osca XXI, agentes implicados que estudiarán todos estos posibles usos del inmueble, teniendo en teniendo en cuenta que deben implicarse el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza, dado que la institución docente mantiene una reserva de espacios de 1.500 metros cuadrados.